Capitulo 136
Miré a mi alrededor, demasiada gente observaba y muchos ya estaban grabando con sus celulares.
“Se acabo“.
“Kent, te pasaste“, le dije con algo de enojo mientras lo agarraba del brazo. “Estamos en un lugar público, solo estaba guardando el asiento, ¿era necesario que le pegaras asi?“.
De repente, recordé el dia en que renaci en el cuerpo de Nayra. Solo porque no encontraba una pulsera, estaba dispuesto a estrangularme. Ese hombre de verdad estaba mal de la cabeza y podia perder el control fácilmente y lastimar a alguien.
“¡Pidele disculpas a este señor!“, le dije, temiendo que lo metieran en un manicomio, asi que lo presioné para que se disculpara.
Osvaldo, con una mezcla de enojo y tristeza, recogió el celular del hombre y se quedó callado.
“¡Y devuélvele el teléfono!“, a veces me preguntaba en qué pensaba. Lidiar con alguien tan inestable seguro que podia volver loco a cualquiera.
“En la próxima parada te llevo al hospital“, pensé en cómo mantenerlo bajo control por el momento. Pero el hombre, sosteniendo su muñeca herida, ya no gritaba ni pedía su teléfono.
Suspiré, sabiendo que esta vez no nos ibamos a librar de ir a la comisaria.
“Oye, no seas dura con él lo que hizo estuvo bien. Ese tipo empezó acosándonos con sus palabras, el joven guapo solo defendió lo justo“, dijo una niña pequeña defendiendo a Osvaldo muy seriamente.
“ÉL…“, estaba a punto de decir que Osvaldo estaba loco, pero no quería herir su orgullo delante de todos, asi que me corregi. “Aun así, no deberia ser tan brusco, la violencia no es buena“.
Kent no dijo nada, ni se defendió. Cuando llegamos a la parada, la policia subió al autobús.
“No, ya no quiero poner la denuncia, solo devuelvanme el celular y déjenme ir“, el hombre estaba sudando y de repente decidió no denunciar, solo quería su teléfono para irse.
Lo miré con sospecha, at igual que a Osvaldo, que seguía a mi lado con cara de no haber roto un plato. Osvaldo no le devolvió el teléfono, sino que se lo entregó a la policía: “Él estaba grabando“.
El policia se quedó sorprendido y le pidió al hombre que desbloqueara el teléfono, pero el hombre se negó.
Ahí fue cuando cal en cuenta, por eso el tipo ocupaba tres asientos solo y por eso miraba tanto a la niña con el vestido de tirantes. ¡Estaba grabando debajo de la falda de la niña! Y para evitar que alguien se diera cuenta, ocupaba tres asientos él solo.
La policia forzó al hombre a desbloquear el teléfono y cuando abrieron la galeria, habia más de mil fotos de mujeres tomadas en el metro, fotos intimas, debajo de faldas, de pechos.
La niña con el vestido de tirantes echó un vistazo y gritó asustada, tapándose con su falda y pateando al hombre: “¡Policia, es un pervertido! ¡Quiero denunciarlo!“.
Me quedé mirando a Osvaldo, sintiéndome culpable de repente: habia malinterpretado toda la situación. Él no dijo nada, solo bajó la cabeza. Nos llevaron a todos a la comisaria, la joven no dejaba de admirar a Osvaldo y hablarle, aunque él no respondía.
“Admito que tomé las fotos, eso estuvo mal, pero él me golpeó, voy a demandarlo, me rompió la muñeca“, en la comisaria, el tipo se puso valiente, ya que de todos modos iba a ser culpable por las fotos, no iba a dejar pasar la oportunidad de acusar a Osvaldo.Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay Updated for All Books Updates…
Capitulo 136
“Mi esposo actuó en legitima defensa, detuvo ese comportamiento a tiempo y, además, ese hombre lo provocó primero“, dije, defendiendo a Osvaldo y poniéndome delante de él.
Osvaldo, que había estado con una mirada triste, lluminó sus ojos por un segundo, fijándolos en mi, parecía contento de que lo defendiera.
“Soy el asistente del señor Linares“, Nicanor llegó con los mejores abogados de Monte Azur para sacarlo de alll.
Me alivié, sabiendo que con ellos aqui, Osvaldo estaría bien. Pero el asistente simplemente sacó un librito rojo y se lo entregó a la policia.
El hombre que seguia armando escándalo se calló de golpe y su mirada se llenó de terror, era el certificado de discapacidad mental de Osvaldo.