Capítulo 349 
En la zona de demolición. 
Parqueé el carro à una buena distancia y me tocó caminar hasta allí. 
Kent iba caliado a mi lado, sin saber cómo detenerme, pero tampoco le gustaba la idea de que fuera a ver a Tiara. 
Estaba molesta con él, porque siempre hacía lo mismo, intentaba frenarme sin darme 
razones. 
Si al menos me explicara con claridad, diciéndome algo como que Tiara podría ser agresiva y hacerme daño o cualquier otra cosa, lo entendería. Pero el hombre no abría la boca, solo se empecinaba en impedirme pasar. ¿Cómo esperaba que me pusiera contenta? 
“Nayri…” Su voz me sacó de mis pensamientos. Él, con la cabeza gacha, seguía mis pasos, manteniendo tres metros de distancia. 
Al ver que me dirigía a la zona de demolición, llamó mi nombre con timidez. 
Me giré para mirarlo. Con su estatura y esa sudadera amplia, siempre había algo de belleza rota en él, como si lo hubieran maltratado. 
Bufé sin darle importancia. No podía ceder siempre y dejar que tomara malas. 
costumbres. 
Al notar que lo ignoraba, vi cómo sus ojos se enrojecían y, tragando saliva, continuó siguiéndome a la misma distancia. 
Yo aceleré el paso, dejando que mi mal humor dictara el ritmo. 
No era para menos, ¿no? Si tu marido te esconde cosas y encima protege al que te ha hecho daño, es para enfadarse, ¿verdad? ¿Por qué tenía que ser racional con el amor de mi vida? Quería enfadarme, ¿acaso no debería él comprenderme y decirme la verdad? 
Con un fuego en el estómago, bufé y me metí en el callejón. 
El callejón estaba muy desordenado, con algunos gánsteres y vagabundos fumando por ahí. 
Sentía un miedo innato hacia ellos, quizá por aquel incidente con Renán en el Club Éxtasis. 
“Epa, mamacita, ¿cuánto cobras?” 
“¿Vas a trabajar o qué?” 

Esos tipos lanzaban sus vulgares piropos, como si todas las mujeres que visitaran ese sitio fueran de mala vida. 
1/2 
Ignoré a esas personas y quise pasar rápido, pero pareolan interesados y me detuvieron con sus manos y dijeron malas palabras. 
Asustada, busqué a Kent instintivamente. 
Pero antes de que pudiera girarme completamente, ya estaba en sus brazos. “Estoy aquí“, me susurró mientras me abrazaba. 
Los hombres soltaron un bufido y, asustados por la fria mirada de Kent, se apartaron. 
Kent tomó mi mano y me gulo por ese largo y oscuro callejón, 
“Kent, ¿piensas que soy caprichosa?” le pregunté en voz baja. 
Él me miró y dijo suavemente, “Nayri… una vez me preguntaste qué se siente tener miedo, depender de alguien o sentir terror…” 
“Bromeaste sobre ser un monstruo sin emociones y que querías vivir como la gente normal. Decías que envidiabas a los tontos y a las chicas que se esconden detrás de los hombres. Dijiste que cambiarías toda tu inteligencia por una vida tonta…” 
Kent hablaba suavemente, caminando conmigo hacia adelante, 
El callejón era profundo, eterno, oscuro y húmedo 
Por un instante, pude ver al Kent del pasado 
Vestido con ropa que no le quedaba, resolviendo obstáculo tras obstáculo por mi 
“Así que Nayri, no, no pienso que seas una chica caprichosa. Me alegra que hayas triunfado, que tengas una nueva vida. Eso es lo que querias, Solo quiero proteger todo lo tuyo.” Su voz era ronca, 
No entendía del todo a Kent. 
¿Quería decir que antes era demasiado inteligente, como una máquina sin sentimientos, que deseaba ser más tonta, pero más humana, como ahora? 
Frunciendo el ceño, lo detuve. “Entonces, lo que dices es que aun así piensas que so caprichosa.” 
Kent sonrió levemente y negó con inocencia. “No lo dije 
Bufé y solté su mano, subiendo las escaleras con decisión,