Capítulo 264
“Y después, Kent enloqueció, se debatió entre la vida y la muerte en el hospital por un buen tiempo, Dicen que las quemaduras duelen muchisimo, y con el riesgo de infección, nadie sabe cómo logró sobrevivir, el tipo es un hueso duro de roer…”
Yuria se burlo con desdén. “¿Cómo no iba a enloquecer si sobrevivió a eso?”
“Y mientras él sufría, ¿sabes qué hacía Nayra? Después de su accidente automovilístico, quedó en coma por un tiempo. Cuando despertó, había olvidado completamente a Kent. Realmente no sé todo lo que pasó Nayra en ese tiempo, sólo que cuando despertó, se encerró en sí misma.”
Cuando Yuria hablaba de Nayra, no podía ocultar su envidia.
“Se volvió introvertida, sin hablar con nadie, parecia débil y temerosa, como si fuera otra persona, como si fuera fácil de pisotear.”
“Hasta que se recuperó y volvió a la escuela, se integró a la vida normal, estudiaba y se preparaba duro para el examen de ingreso a la universidad.”
Yuria soltó una risa sarcástica. “En ese tiempo, escuché que Kent se escapó del hospital, arriesgándose a las infecciones, cojeando, siguiendo a Nayra, pero ella ya no lo recordaba. Se asustaba y gritaba al verlo, corria muerta de miedo.”
Yuria me lo decía a propósito. “Yo misma vi a Nayra gritar y huir de la entrada de la casa de los Hierro, asustada por Kent. Dos personas que se habian amado tanto, ahora se volvian extraños.”
“Me gustaba ver a Nayra con amnesia, disfrutaba ver cómo se enamoraba de otro, cómo Renán desconfiaba y la torturaba. Ese era el castigo que merecia. Ella debería estar muerta.”
Me levanté de un salto, respirando con fuerza.
Con la mirada oscura clavada en Yuria, le agarré del cuello de la blusa y le dije pausadamente. “No te apures, ella tenía que morir… pero tú te lo mereces aún más.”
Le arrebaté el encendedor que tenía en la mano y le pregunté sin expresión. “Ese incendio de hace años… fuiste tú quien le prendió fuego. ¿verdad?”
Yuria mostró un atisbo de miedo. “Eso… eso no tiene nada que ver conmigo…”
“Pero… ese Lino, antes de morir, le dijo a Lucas que había visto a una chica con un vestido blanco y un pasador en el pelo, quien bajo los gritos de la gente, lanzó el encendedor…” Mi voz temblaba, al igual que mi mano sujetando la blusa de Yuria. “¿Cómo pudiste ser tan desalmada?”
Eran vidas humanas. “Eran dos personas!”
Grité a Yuria, con los ojos ardientes y enrojecidos.
“¡No fui yo!” Yuria gritaba aterrorizada. “Ellos me obligaron… no fue mi voluntad, estaban celosos de mi, me obligaron, si no lo lanzaba, me encerrarian con ellos…”
Yuria parecia temer también a las pesadillas del pasado.
Cierto, las victimas también pueden ser verdugos y los verdugos, criminales.
Todos ellos merecian morir….
Capitulo 264
“¿Quieres saber cómo se siente ser quemada viva por el fuego?” Le dije sonriendo mientras le agarraba del pelo. “¿Quieres saber qué se siente ser devorada por las llamas?”
Yuria empezó a asustarse, mirándome horrorizada. “¿Qué vas a hacer, Ainara? Te advierto, no te vuelvas loca, hay cámaras por todas partes, y la empleada está aquí… ¡Ay!”
La arrastré hacia la cocina, abrí un botellón de aguardiente y se lo vacié por la cabeza.
Con el encendedor en la mano, mi dedo temblaba al intentar encenderlo.
“¿Por qué? ¿Por qué cuando ustedes pueden ser perdonados por sus malas acciones, y cuando nosotros respondemos somos los locos, los desequilibrados que deben ser encerrados y experimentados como animales?” Le pregunté a Yuria con indiferencia mientras acercaba el encendedor encendido.
Quemarla viva, dejar que también probara lo que se sentia arder.
Nayra, mátala.