Capítulo 231
Me desperte con la cabeza dando vueltas, tiesa, sentada al borde de la cama, y durante un buen rato solo of un zumbida en mis oidos,
“Nayra?”
“Ainara?”
Ola a Renán llamándome, pero yo estaba completamente mareada.
De golpe me levanté y todo a mi alrededor comenzó a girar.
“¿Nayra?”
¿Habré tenido alguna enfermedad mental antes de perder la memoria?
¿Será esa la razón por la que olvidé todo lo relacionado con el orfanato, la única razón por la que olvidé a Osvaldo?
¿Qué diablos pasó?
“Nayra… olvidalo, no te culpo, olvidalo…”
“Nayra, no tengas miedo, siempre estaré a tu lado.”
“Si la vida que llevas ahora te hace sentir tranquila, entonces olvidame…”
“Nayra, ¿qué soy yo? ¿Una parte de tus recuerdos que decidiste dejar atrás?”
“Nayra… no mueras, te lo suplico, no me dejes ser solo un recuerdo tuyo, sabes que no puedo vivir sin ti.”
En mi mente, siempre había una voz gritando, llorando, clamando.
Nayra, no me abandones.
En un momento de conciencia borrosa, me pareció volver al momento antes de mi muerte, cuando huia del Club Extasis con la ropa’hecha un desastre y me encontré atrapada por esos vagabundos en un callejón.
Aquella sombra alta y amenazante, con un palo en la mano, golpeaba sin piedad a esos hombres.
“No la toques, o te mato.”
“No temas… siempre he estado aqui.”
“¿Por qué me olvidaste? ¿Acaso también soy parte de tus dolorosos recuerdos? Nayra…”
“No te culpo.”
Además, cuando me desmayé en el callejón por la hipoglucemia, la figura que me cubrió con su chaqueta, me dejó recostada en sus piernas y se quedó conmigo toda la noche.
Kent.
¡Era Kent!
Su silueta borrosa comenzó a aclararse.
Kent estaba de espaldas a mi, de ple en la oscuridad.
Se detuvo lentamente y se volvió para mirarme.
Tenía lágrimas en su rostro y sangre en sus manos.
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Capitulo 231
Con los ojos rojos, me miró, “Nayra… este mundo es repugnante.”
“Kent… Kent.”
En el momento en que se dio la vuelta, ese rayo de luz pareció florecer frente a mis ojos; él siempre habla sido mi salvación, puede que para otros fuera un loco, un demonio, pero para mí, era mi única redención.
Solo mia.
“Kent.” En mi recuerdo, abrace a Kent con alegria, poniendo su regalo sobre la mesa. “Esto es un presente de mi mamá para ti, la ropa la escogi yo misma. Mamá dice que aún vas a crecer, así que compré una talla más grande.”
“Kent, si no fueras un genio, ¿qué es lo que más querrías hacer?”
“Amarte…”
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Aunque no sea un genio, te amo.
Aunque me vuelva un idiota, te amo.
Solo a ti.
¿Embarazada?” El médico vino a chequearme y le pidió a la enfermera que me preparara un suero con
glucosa. “Cuida más de ti misma, las hormonas son inestables durante el embarazo y pueden causar mareos, pero puede que no sea la razón principal, Hay que observar más.”
La pregunta del médico me trajo de vuelta a la realidad.
Sin darme cuenta, las lágrimas ya habian mojado mi cabello.
Estaba tan ansiosa por recordar esos recuerdos del pasado que solo unos pocos momentos relacionados con Kent hicieron que mi corazón me doliera tanto que no podia respirar.
“Doctor…” le pregunté en voz baja en la sala de tratamiento. “¿Hay alguna manera de recuperar la memoria rápidamente?”
El médico se quedó sorprendido. “¿Amnesia? ¿Has tenido alguna lesión grave antes? No veo que tengas historial de trauma.”
En la puerta, Renán se detuvo con el vaso de agua en la mano y corrió hacia mi, agachándose frente a mi. “Tú eres Nayra, ¿verdad…?”
Mi mirada temblaba mientras lo vela, y mis dedos se apretaron hasta entumecerse.
*Señor Hierro, escuché que tu madre está haciendo un exorcismo contigo, de Verdad creo–que estás perdiendo la cabeza.” Le dije entre dientes, apartando la mano de Renán. “No digas que no soy Nayra. Aunque Nayra estuviera viva, ¿qué te hace pensar que ella siquiera te miraria?”
Renán tenía los ojos enrojecidos. “Puedo compensarlo, al menos dame una oportunidad…”
“No la mereces…” Conteniendo mi ira, empujé a Renán y me dirigi hacia la salida. “Eres un mentiroso.”