Capítulo 152
Era obvio que Renán tenia que arrodillarse ante mi; me quedé helada un segundo y luego levanté la vista hacia Kent, sintiendo algo inexplicable en mi corazón.
“¡Osvaldo!“, Renán apretaba los puños con furia, listo para lanzarse hacia adelante.
“Si tanto la amabas, si por casarte con ella le pediste a Nayra que se muriera más de una vez. ¿cómo es posible que ahora no quieras ni arrodillarte por ella?“, miré a Renán con ironia y luego a Yuria. “Mira, su amor por ti no es para tanto“.
“¡Ainara!“, Renán estaba furioso, seguro que en ese momento deseaba acabarme.
“¡Apurate, que no hay tiempo!“, Nacho estaba desesperado, la cuerda estaba a punto de romperse. Pero, Kent se mantenia firme, si Renán no se arrodillaba, él no iba a salvar a nadie.
Con los dientes apretados, Renan asintió: “Está bien, Osvaldo, espero que no te arrepientas“, contenía su rabia por el momento, pero eso no significaba que no buscaria venganza. Después de todo, seguro que haria que Kent se arrepintiera, para ser honesta, estaba un poco preocupada. Por un momento de satisfacción. ¿le traería problemas a Kent?
Pero ahora no había tiempo para más, había que enfrentar los problemas a medida que llegaban. Al final, Renán se arrodillo delante de mi, su mirada destilaba ira, y aunque lo hizo de mala gana, se arrodillo.
Vaya, senti el cuerpo tenso, no sabía que sentir en ese momento. Antes, cuando lo odiaba, deseaba verlo arrodillado ante mi pidiendo perdón y admitiendo su arrepentimiento, pero ahora, de repente sentia que tener a un tipo asi arrodillado manchaba mi camino de renacimiento.
“¡Kent!“, la cuerda estaba a punto de romperse, Nacho grito.
Kent me soltó y se apresuro hacia allá, justo en el instante en que la cuerda se rompió, agarró cualquier hilo de la maraña de cuerdas. Los demás no podian darse cuenta de lo que ocurría, ni yo sabia por qué tenia que agarrar esa cuerda en particular, arriba, la cuerda se partió y Yuria cayó y su cuello quedó atrapado en la cuerda que quedaba colgada.
Kent la miraba con indiferencia, aflojando la cuerda en su mano intencionalmente. Yuria parecia una marioneta atada por innumerables hilos, cayendo de nuevo, su cuello siendo estrangulado, su rostro rojo de dolor.
Respiré hondo, él estaba torturándola a propósito. Miraba indiferente su sufrimiento, viéndola asfixiarse. viendola incapaz de pedir clemencia.
Kent sonrió con una sonrisa que daba miedo. No dije nada, solo bajé la cabeza, sin querer mirar.
Lucas se frotó las sienes y se acercó: “Ya es suficiente“.
Kent no se conmovia: “Hasta que llegue el elevador, no va a morir“.
No iba a morir, pero el tormento de la asfixia tenia que aguantarlo. Lucas y Nacho confiaban extrañamente en la percepción del tiempo de Kent; si decia que no moriria, seguramente tenía calculado que no sucedería, pero sufrir, eso no se lo quitaba nadie.
Por otro lado, Renán se levantó y ya no habló más, mirándonos a Kent y a mi con una mirada siniestra, sabia que no nos dejarla en paz.
Los rescatistas llegaron y el elevador también, Yuria fue rescatada con éxito, ya inconsciente por la asfixia, a punto de morir. Kent la miraba con frialdad mientras se la llevaban, con odio en sus ojos, deseaba que ella se muriera, pero aun asi habia actuado por mi. De hecho, si él no hubiera intervenido, la policia no habria podido hacer nada.
Capitulo 152
“Esta vez, el asesino perdió, pero no se dará por vencido, esto lo enfurecerá“, dijo Kent, mirando a su alrededor, seguro de que el asesino estaba observando todo, pero la policia no podia atraparlo.
“Espérame“, advirtió Renán, empujando a Kent.
“Renán, te aconsejo que mejor la cuides las veinticuatro horas, el asesino no descansará, y si hay una próxima vez, nadie la salvará“, me acerqué y abracé a Kent, con una advertencia en la mirada dirigida a
Renán.
Él gruñó y se fue con el médico con ella. De repente, Kent se apoyó en mi, con voz quebrada: “Nayri, él me empujó“.