Capítulo 109:
ミ J͎o͎i͎n͎ ͎B͎e͎a͎r͎N͎o͎v͎e͎l͎s͎.͎C͎o͎m͎ ͎F͎o͎r͎ ͎L͎a͎t͎e͎s͎t͎ ͎U͎p͎a͎t͎e͎s͎ 彡
Tras salir de la consulta, Arianne intentó escapar.
“Creo que ya estoy bien, Brian. Volvamos ya».
Brian pensó que solo tenía miedo de que la pincharan con una aguja, así que la consoló.
“Todo va a ir bien. Sólo es un análisis de sangre. Acabará antes de que te des cuenta».
Arianne se quedó muda. Entraron en el departamento de flebotomía. Miró fijamente a la enfermera mientras le introducía la aguja en la vena. A continuación, le extrajeron dos tubos de ensayo llenos de su sangre de color rojo brillante.
Brian no pudo evitar murmurar para sus adentros. No parecía que Arianne estuviera asustada… pero, ¿Por qué se mostraba tan inquieta?
El resultado del análisis de sangre salió muy rápido. Arianne no entendía nada de los pequeños números del papel. Cuando volvieron a la consulta con el resguardo, el teléfono de Brian sonó de repente.
“Señora, primero voy a contestar».
El médico echó un vistazo al papelito y le anunció el resultado.
“Está usted embarazada».
En ese instante, Arianne sintió como si la sangre de su cuerpo hubiera empezado a fluir hacia atrás. Tenía las manos y los pies helados.
“¿Está segura?»
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Cuando la doctora se dio cuenta de que no parecía muy contenta, le dio un frío consejo.
“Si no quieres tenerlo, podemos programarte un ab%rto mientras aún es joven. Si no planeabas tener un hijo en primer lugar, te recomendamos que te abstengas de concebirlo, no sea que se convierta en un sufrimiento tanto para el bebé como para los padres.»
Arianne guardó silencio un rato antes de dar su respuesta.
“Mientras el bebé esté sano, me lo quedo».
Esa era su esperanza… Mark había dicho que mientras diera a luz a un niño, la dejaría ir… ahora estaba tan cerca de la libertad… pero ¿Por qué no se sentía feliz?
Fue entonces cuando Brian terminó con la llamada y entró.
“Doctora, ¿Cuál es el resultado?»
Justo cuando la doctora le puso el papelito delante y se disponía a hablar, fue interrumpida de repente por Arianne.
“No estoy embarazada. Hoy se hace tarde, así que mañana iré a que me revisen los gases».
La doctora se quedó ligeramente sorprendida. Arianne le dirigió una mirada suplicante, y la doctora finalmente habló tras unos segundos de silencio.
“Ten cuidado con tu estómago la próxima vez. No te mates de hambre. Come también lo que quieras. No hace falta que te abstengas a menos que sea algo que no debas comer. No tomes ningún medicamento que no te hayan recetado».
Arianne respiró aliviada. Comprendió todas las sutiles instrucciones dadas por el médico.
“Ya veo. Gracias, doctora».
En realidad, ni siquiera estaba segura de por qué intentaba ocultar su embarazo. Era una reacción totalmente instintiva. Para otros, la llegada de una nueva vida era un momento de alegría. Sin embargo, para ella, se sentía tan pesada…
¿Helen la abandonó entonces porque sentía lo mismo? Arianne no era diferente del bebé que llevaba en su vientre; su existencia era una forma de tragedia.
Mark aún estaba por allí cuando regresaron a la Mansión Tremont. Parecía estar esperando noticias. Cuando Brian le dijo que no estaba embarazada, Mark se levantó y se dirigió a la puerta sin emoción.
“No hace falta que me envíes, conduciré yo mismo».
Mientras Arianne le veía marcharse, recordó de pronto que ambos no tendrían nada que ver una vez naciera el bebe. El hombre que estaba profundamente arraigado en su vida desde hacía unas décadas pronto desaparecería por completo de su mundo… al final, sería ella la que saldría por esa puerta para no volver jamás.
A la mañana siguiente, Arianne se despertó por una llamada telefónica.
Contestó aturdida y fue recibida por la voz de Eric.
“¿Aún no te has levantado? He oído que últimamente has estado buscando trabajo. ¿Considerarías volver a mi empresa?»
«¿Cómo sabes que he estado buscando trabajo?”.
La mitad de la somnolencia de Arianne desapareció al instante.
Eric rió alegremente.
“Todo el mundo en el sector sabe ahora que la Señora Tremont está buscando trabajo. Creen que Mark la trata con dureza al no permitirle gastar su dinero. ¿No es vergonzoso? Si realmente te falta dinero, vuelve a mí. Nadie más se atrevería a contratarte».
Arianne se sintió un poco afligida. No esperaba que su acción de buscar trabajo casualmente por ahí pudiera arruinar la reputación de Mark.
“Yo… lo pensaré».
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