Capítulo 546 
Tranquila, yo me encargo de esto, tú come algo para llenar ese estómago. Si necesitas algo, llámame y yo bajo en un segundo. 
Vale, ve sin preocuparte, me quedo con los niños. ¡Echale ganas! Y si no puedes con el asunto, avisame y vamos juntos. Pero trata de no armar pelea, (hagamos las cosas con cabeza!” 
Aspen – Entendido.” 
Después de que se fue, Carol llevó a los cuatro pequeños a la sección de dulces. 
La verdad es que en casa de los Bello se toman muy en serio sus dulces, hasta tienen una sección más grande que cualquier pasteleria, y todo recién salido del homo. 
Todo se veía tan apetitoso, tant en presentación como en diseño, que a Ledo y Luca se les hacia agua la boca. 
Pero Carol no los dejo atacar los dulces de una. Aún desconfiaba un poco de la familia Bello. 
Primero dio una vuelta, asegurándose de que todo estaba limpio y sin trampas, antes de dejar que los niños se lanzaran. 

“Qué delicia, mama, tienes que probar esto!” 
Ledo le pasó un pedazo de pastel de helado a Carol, como si hubiera descubierto un tesoro, invitándola a compartir el botín. 
Carol pico un poco con el tenedor de Ledo. 
El pastel se derretia en la boca, dulce justo en su punto, era una delicia. 
Carol asintió fervientemente, Ape tenia razón, la familia quizás no era la mejor, pero sus dulces eran otro nivel. 
“Estos dos son de los sabores que a mamá le gustan, pruébalos.” Luca le pasó dos pedazos a Carol. 
Ella los tomo, “No se preocupen por mi, elijan lo que ustedes quieran.” 
Los cuatro pequeños se dispersaron en busca de más dulces, mientras Carol se quedaba cerca, vigilando que no se alejaran demasiado. 
“¿Nunca habias comido algo tan rico, verdad?” 
De repente, la voz de Margarita resonó detrás de ella. 
Carol se giró y ahí estaba Margarita, arrogante como una emperatriz, mirándola con desdén, rodeada de un grupo de damas igual de engalanadas y con la misma actitud de superioridad. 
Carol pensó para si, jah, las buscadoras de problemas llegaron! 
Tragó el pedazo de pastel que tenía en la boca y les respondió con confianza, 
“No solo nunca había probado unos dulces tan ricos, tampoco había visto gente tan desagradable.” 
Inmediatamente, una de las mujeres la retó, “¿A quién llamas desagradable?” 
“A quien se ponga el saco.” 
“Tu 
Otra saltó, 
“Carol, ¿cómo puedes estar tan tranquila comiendo dulces? ¿Estás loca? ¿No ves que no te queremos aquí?” 
Carol, exasperada, 
¡Ustedes son las que están locas! Si no me quieren, ignorenme y ya. ¿Para qué vienen a buscarme? ¡Eso sí que es estar mal de la 
cabeza! 
Además, ¿qué? ¿Si no me quieren debería estar triste? Pues yo tampoco las quiero y no las veo llorando en un rincón.” 
insolente! Carol, ¿sabes con quién estás hablando?” 
“No sé ni me interesa saber. Lo único que sé es que si ustedes no me quieren, me da igual, mientras a… a mi hombre le guste, estoy bien 
Su hombre, refiriéndose a Aspen. 
Margarita frunció el ceño, 
“Carol, ¿crees que con que él te quiera vas a poder casarte con él y quedarte con una parte de la fortuna? Esto no es solo cosa de él, ¡la familia Bello no es solo suya!” 
¿Casarse con Ape Bello y quedarse con una parte de la fortuna? 
Carol captó el malentendido. 
15:05 
No es de extrañar que estuvieran tan enfurecidas! 
Pero Carol no tenia intención de aclarar las cosas. Si este malentendido las irritaba, mejor dejarlas así. 
Que se enfurezcan hasta más no podert 
Carol termino su dulce tranquilamente, se limpió las manos con una servilleta. 
Luego, se quitó el abrigo dé cachemir que llevaba y dejó ver su ajustado vestido rojo de alta costura. 
Se puso de pie, desafiante, ¡lista para la batalla!