Capítulo 542 
Aspen no tenía idea de lo que Carol tenía en mente, y era difícil no sospechar que su propuesta tenía un interés especial hacia él. 
Después de pensar un poco, la llamó, “Carol.” 
Si?” 
“¿Tú tienes…?” 
De repente, todo se quedó en silencio. 
Ledo, curioso, se preguntaba, “¿Qué es lo que realmente quiere preguntar?” 
Miro, emocionado, dijo, “Yo conozco a papá, papá quiere preguntar si mamá tiene sentimientos por él“. 
Ah?” 

Ledo se sorprendió, igual que Luca, mientras que Laín se puso algo nervioso, apretando sus puñitos, esperando ansiosamente la respuesta de mamá. 
Pero conforme pasaban los segundos, Aspen seguía sin decía nada. 
Ledo, impaciente, dijo, “¿Por qué está tardando tanto? ¿Va a preguntar o no?” 
Miro frunció el ceño, “Parece que no va a preguntar.” 
Luca, intrigado, preguntó, “¿Y eso por qué?” 
Miro explicó, “Papá es muy orgulloso. Teme que, si está equivocado y recibe una negativa después de preguntar, se vería como un egocéntrico.” 
Luca comentó, “Entonces, ¿no tiene curiosidad de saber si mamá realmente tiene sentimientos por 
él?” 
Miro respondió, “Claro que sí, pero dada la calma que caracteriza a papá, probablemente no pregunte hasta estar completamente seguro.” 
Conociendo mejor a su padre que nadie, ¿Aspen realmente quería saber si Carol tenía sentimientos por él? 
Ella había estado dispuesta a abrir sus más profundos secretos por él, había intentado que él no buscara a la madre de Miro, quería que él estuviera bien y hasta le había sugerido comenzar una nueva relación. Eso tenía que ser señal de que le gustaba, ¿no? 
Pero también temía malinterpretar las cosas y ponerse en una situación incómoda, avergonzándose. 
Carol, después de esperar un buen rato sin escuchar más, preguntó con sus grandes ojos abiertos, “¿Qué es lo que quieres preguntar, exactamente?” 
Aspen pensó un momento y cambió su pregunta, “¿Te importo mucho?” 
Carol lo miró sorprendida, claramente no esperaba esa pregunta. 
Pero después de observarlo por un momento, asintió seriamente, “Sí.” 
Él era el padre de sus hijos, era imposible que no le importara. 
Además, él no era mala persona… 
Si fuera un completo patán, ella se llevaría a Miro sin pensar en las consecuencias. 
Pero él no era así, si se llevara a Miro directamente, se sentiría culpable y se reprocharía a sí misma. 
Por eso quería que él estuviera bien, así podría llevarse a Miro con un poco más de tranquilidad. 
Aspen la miró con una expresión indescifrable, sus ojos profundos mostraban una mezcla de emociones difíciles de leer. 
Pero él controlaba tan bien su expresión que era imposible saber si esos sentimientos eran de alegría o de algo más. 
Ambos se quedaron mirándose en silencio, cada uno perdido en sus pensamientos. 
Carol, sin la fortaleza emocional de Aspen, desvió la mirada después de un momento, sintiéndose casi como si estuviera haciendo algo malo. 
Justo cuando estaba a punto de inventarse una excusa para explicar su intérés en él, Paulo apareció con toda la familia Bello desde la capilla familiar, observándoles desde la distancia. 
En ese instante, el estómago de Carol gruñó audiblemente. 
Aspen volvió en sí y tomó la iniciativa, “Vamos, es hora de cenar.” 
Dicho esto, se dirigió hacia la capilla, Carol se tocó el estómago y suspiró viendo su espalda. 
No estaba segura de si Aspen había tomado a pecho sus palabras. 
Si el pudiera olvidarse del pasado y comenzar una nueva relación, quizás al llevarse a Miro, él no sufriría tanto. 
Ya no tienes hambre?” 
Aspen, notando que ella no lo seguía, se volteó a llamarla. 
Su voz era profunda y melodiosa, con un toque de ternura apenas perceptible.