Capítulo 129 
“¡Señora está en peligro! ¡Su marido está en peligro!“. 
Soraya se sobresaltó de inmediato: “¿Qué está pasando? ¿Acaso la trama cambió otra vez?“. Recordaba que, según el guion original de la novela, el personaje masculino secundario no estaba en peligro en este momento. 
Chispita: “Tu marido tiene un compromiso esta noche en el tercer piso del Hotel Luxoria. Ese hotel sufrirá un grave incendio dentro de diez minutos, debes apresurarte a salvarlo“. 
Soraya, frustrada, exclamó: “¡Hotel Luxoria! ¿Por qué no me lo dijiste antes? Aun si conduzco lo más rápido posible, me llevaría al menos veinte minutos llegar. ¡Estabas esperando a que estuviera casi muerto para avisarme!“. 
Chispita se mostró inocente: “Recién me enteré por el sistema, parece que a los inversores les gustó tu guion y le pidieron al autor añadir más drama, para hacer más trágico el destino del personaje masculino secundario. Prepárate, porque de vez en cuando le pondrán en peligro, según el capricho del autor“. 
Mientras ella maldecía entre dientes, sus pies se movieron rápidamente hacia su habitación para agarrar las llaves del coche. Impaciente por la lentitud del ascensor, corrió hacia el balcón, se impulsó en la barandilla y saltó desde el segundo piso. Luego corrió hacia el garaje con velocidad de huracán, dejando atrás apenas un rastro de su presencia. Ya en el coche, aceleró al máximo hacia el Hotel Luxoria y finalmente tuvo un momento para procesar la información con Chispita: “¿Quieres decir que la trama en la que estoy metidal llamó la atención de los inversores de la novela? ¿Y ellos quieren que el autor haga sufrir all personaje masculino secundario?“. 
Chispita lo confirmó: “Así es“. 
Soraya estaba furiosa: “¿Qué clase de sistema retorcido me ha traído aquí? ¿No se supone que debería ser más tranquilo? ¿Y qué le pasa al autor? ¿No es suficiente con lo mal que ya lo pasa el personaje masculino secundario como para añadirle un incendio o algo más?“. 

Chispita le reveló: “Los inversores propusieron usar la trama de una enfermedad terminal del personaje masculino secundario a cambio. Si sobrevive al incendio, ya sea herido o discapacitado, se eliminará la trama de su enfermedad terminal“. 
¡Pero ya está herido! ¿Qué sentido tiene hacerlo pasar por esto otra vez?“. 
Chispita argumentó: “Bueno, tú puedes curarlo. Sin esa tensión, no hay reto“. 
“¡Al diablo con la falta de desafio! ¿Está el sistema tratando de matarnos para que sea ‘interesante‘?“. 
“Anfitriona, cuida tu lenguaje o el sistema te penalizará“. 
Soraya estaba enfurecida: “¡Increíble, hasta puntos me van a quitar! ¿Este sistema es sádico 
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o qué? ¡Dile al sistema que encuentre a otro! ¡Quiero renunciar! ¡Ya no quiero hacer esto! ¡Renuncio!“. 
Chispita se asustó: “Por favor, cálmate. Si renuncias, no solo arruinarás tu vida, sino también la del personaje masculino secundario y su familia. Ya has cambiado el destino de varias personas, no puedes darte por vencida ahora“. 
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Ella solo se quejaba, pero en el fondo, sabía que no podía abandonar; estaba teniendo una segunda oportunidad en la vida y no iba a desperdiciarla. Logró hacer el viaje de veinte minutos en solo seis, llegó demasiado tarde; el incendio ya había comenzado. Intentó llamar a Cristián, pero su teléfono estaba apagado, y lo mismo sucedió con las llamadas al conductor y al guardaespaldas. 
Eso la desesperó aún más. También llamó a los bomberos, pero le informaron que ya habían sido alertados y estaban en camino. 
Al llegar y ver el hotel envuelto en llamas, su corazón se hundió. Cristián estaba adentro, y no importaba cuán peligroso fuera, tenía que salvarlo. Si él moria, ella también lo haría; ignoró la cinta de seguridad de la policía, se sumergió en la fuente del hotel para mojarse completamente y luego corrió hacia el interior. 
Los bomberos, al verla, no podían creerlo: “¿Está loca? Con un incendio así, está yendo directamente a su muerte“.