Capítulo 76 
Cristián cerró los ojos, no queria ser tan duro con ese tonto: “¿Sabes lo que acabas de beber?“. 
Herminio rodó los ojos: “¿Me crees tan ignorante que no sé leer? Claro que está escrito ahi en la botella! Red Bull“, 
Cristián se deslizó en su silla de ruedas hacia elle arrebató la botella y le puso el tapón: “SI, la botella es de Red Bull, eso está claro. Pero lo que hay dentro no es Red Bull. ¡Es orina de Mateol“. 
Al escuchar eso, el rostro de Herminio cambió instantáneamente: “¿Qué dijiste? ¿Que dentro hay orina de Mateo?“. 
Cristian enfatizó nuevamente. Entonces Herminio se sintió tan disgustado que no pudo más. Dios mio! Realmente habia bebido orina, como al baño y empezó a provocarse el vómito, esperando poder sacar toda la orina que había tragado. El sonido del agua comla fuertemente mientras él se provocaba el vómito, tratando de vaciar todo lo que habia en su estómago, hasta que solo quedó el amargo gusto de la bilis; salió con los ojos enrojecidos, luciendo tan mal como si estuviera estreñido, y con lágrimas en los bordes de sus ojos. Con una mirada furiosa, dijo: “¿Quién fue el desgraciado que puso orina de Mateo en la botella? ¿Y por qué la dejaron en un lugar tan visible?“. 
Cristián tosió levemente: “Fui yo“. 
La ira de Herminio se desvaneció como si hubiera golpeado contra algodón, sin saber dónde dirigira. Levantó el dedo hacia Cristian: Tütü¿Por qué? ¿Pam qué pones orina de Mateo en una botella? ¿Desde cuando te gustan estas cosas raras?”, 
Cristián lo miró friamente: “El raro eres tú”. 

Herminio, frustrado: “Entonces por qué la pusiste ahi?“. 
Cristian limpió la botella cuidadosamente: Tu cuñada dijo que un espiritu femenino me habia poseido y la orina de un niño pequeño como la de Mateo puede ahuyentarla“. 
Al escuchar eso, Herminio se tranquilizó. Ya habia escuchado a la abuela hablar sobre cómo Soraya expulsé un espiritu maligno de la casa ancestral. Pensaba que el hecho de que su cuñada pudiera prever el futuro era impresionante, pero no tenia idea de que también pudiera exorcizar espintus. Curioso, preguntó “¿Cómo es que te persigue un espiritu femenino?” 
Antes no creia en estas cosas, pero después de ver el video grabado en la casa ancestral, no tuvo más opción que creer. 
Cristian con cara de pocos amigos le respondió: “¿Y yo qué sé?“. 
Herminio rio sin ninguna consideración: “Debe ser por esa cara tan llamativa que tienes. Ah, ah, ah, quién lo diría, ser guapo también puede ser un problema. Hasta los fantasmas se sienten atraidos por ti. Si participaras en un concurso de belleza, seguro que ganarias el primer lugar“. 
Cristián, molesto, le lanzó un zapato: “Parece que te pica la piel, aburrido. Largate! No vengas por aquí si no es necesario“. 
Aunque Herminio fue golpeado con un zapato, no se enojo; recogió el zapato y se lo devolvió a su hermano, preguntándole: “¿Y mi cuñada? ¿Sabes dónde está? Tengo algo importante que preguntarle“. 
Cristián se calzó el zapato: “Cada vez que te ve, o pelean o discuten, ¿qué tan importante puede ser?” 
“Eso… ella dijo que un buen amigo me iba a traicionar y que terminaria mal. Quiero escuchar un poco más, ver cuándo será mi próxima misión para que me traicionen. Tal vez pueda prevenirlo y cambiar ml destino. La suerte de la familia de Isidoro ya cambió. Si logro evitar esa traición, tal vez no termine mal“. 
Siempre tenia misiones, ¿cómo saber cuándo su “buen amigo” intentaria traicionario? En lugar de vivir con miedo, preferiria sacar algo de información de su cuñada y prepararse con anticipación. 
Cristian le dijo: “Su hermana se rompió la nariz y está en el hospital, fue alla“. 
En el hospital. 
Soraya estaba sentada al lado de la cama de Tania, preocupada, pregunto: “Hermanita, ¿crees que tu nariz volver a ser como antes?“, 
La nariz de Tania, cuidadosamente tratada por el médico, estaba envuelta en una gasa fina. Esa gasa, blanca como la nieve, se adhera suavemente a su nariz. Parecia una lirio recién florecido, puro y frágil. Ella funció el ceño, su rostro se contrajo por el dolor de la nariz: El doctor dijo que si se recuperard, pero que será 
doloroso“. 
Fabio, al escuchar las palabras de Soraya, no pudo contener su indignación: “Niña descarada, eso se llama preocuparse por alguien? Si no sabes qué decir mejor callate! Te pedi que vinieras a ver a tu hermana, mira la hora que es ya, te llamé esta mañana y apenas llegas ahora. Son la una, desde que te llamé esta mañana hasta ahora, han pasado cuatro horas para que llegaras, ¿qué eres, un caracol, que viniste arrastrándote?“, 
Ese hombre, que ya iba por los cuarenta y pocos, estaba a punto de casarse. Era un hombre alto y bien parecido, llevaba puesto un traje impecable que le sentab de maravilla, Imadiando ese aire de madurez y encanto que lo caractenzaba