Capítulo 33
Ella pensó que lo de la noche anterior, cuando Genaro la llevó de vuelta a casa y le prometió a la familia Fuentes que haría que aceptaran su matrimonio, habla sido solo una promesa al aire. Antes, él ya habia dicho que haria que su familia
reconociera su matrimonio
La abuela, al conocer la verdad de lo sucedido la noche anterior, naturalmente creyó todo lo que Soraya dijo. Con un tono severo, mind a Nayra y ordend. “Desde ahora, te prohibo volver a encontrarte con ese de la familia Cervantes. Recuerda, tienes un compromiso matrimonial“.
Nayra, con los ojos bien abiertos, no podía creer lo que escuchaba: “Abuela, dijiste que no me presionarias. Sabes bien que a quien quiero es…”
La abuela, con firmeza, la interrumpió: “Lo que dije fue antes, esto es ahora. Ese Genaro no es tan bueno como parece. Es un sucio y cruel por debajo, solo se acerca a ti por interés, para usarte como escudo. No tendrás un buen futuro con él. Sin mi permiso, no tienes permitido verlo. De lo contrario, ya no serás mi nieta”
“Abuela!“, Nayra estaba atónita. No entendía cómo su abuela había cambiado de opinión tan rápidamente después de una
noche.
“Llamar a tu abuela no servira de nada. Vuelve a tu habitación y arreglate. Mira cómo te ves, nada parecido a una señorita de buena familia”.
¡Guau, la abuela si que se despertó con claridad! ¿Cómo supo que Genaro era un mal tipo? Parece que la familia Fuentes todavia puede salvarse. Ah, abuela, por favor, impide que Nayra enamorada termine en la familia Cervantes.
Al escuchar los elogios de Soraya, la abuela levantó orgullosamente la cabeza; con esa profeta alli, ¿qué no iba a saber?
Viendo que su abuela hablaba en serio, Nayra, sintiéndose injustamente tratada, pisoteó el suelo y subió corriendo a su habitación cubriendose la cara. Después de que ésta subió, la mirada de la anciana hacia Soraya se suavizó: “Mateo ya debe haber despertado, we a verlo, pero no puedes llevártelo“.
Aunque no podia llevarse al pequeño, Soraya se alegraba de haber mejorado su relación con la abuela: “Gracias, abuela. Entonces, voy a ver a Mateo, y dicho eso, subió corriendo las escaleras.
Antes incluso de entrar en la habitación, no pudo evitar gritar: “Pequeñito, mamá vino a verte“.
Mateo, que solia dormir tarde y levantarse tarde, acababa de ser vestido y lavado por la niñera, quien estaba a punto de Bevarlo abajo. Pero en cuanto Soraya entro, se apresuro a tomar a su hijo de los brazos de la niñera, le dio un beso en la cara: “Extrañaste a mama?“.
Mateo, con sus grandes ojos brillantes, la miro confundido por un momento antes de reconocerla. Emocionado, comenzó a agitar sus pequeñas manos, claramente muy apegado a ella.
Ay, tranquilo, tranquilo! Te mueves demasiado, jcuidado y mamá no puede sostenertel“.
El pequeño parecía entender, pues se acomodó tranquilo en sus brazos, chupándose una mano y mirándola sonriente, sus dos pequeños hoyuelos casi invitaban a Soraya a tocarlos. Esta no pudo resistirse a darle otro beso en la mejilla a su hijo: “Mateo es tan bueno y tan lindo!“,
Después de pasar el dia en la casa grande, no fue hasta que Cristián llegó por la noche que Soraya, a regañadientes, regresó con él. En el camino de regreso, no pudo evitar discutir con el “Amor, deberíamos traer a Mateo con nosotros. ¡Es tan lindo, quiero verlo crecer todos los dias!“,
El le echó una mirada: “Traerlo para luego ignorarlo? Tú, que todos los días hablas de divorcio, no te parece ridiculo decir eso?”
Soraya agarró el borde de su camisa: “Amor, ya te dije que me equivoqué, prometo cambiar“.
Cristián, sin expresión, se quitó la mano de encima. Pero ella insistió: “Dame otra oportunidad! Mateo es tan adorable, seguro que tú tampoco quieres dejarlo siempre en la casa grande. Si lo seguimos haciendo, con el tiempo, nuestra relación se enfriara“..
Cristián, en el fondo, deseaba tener a su hijo cerca, pero ella era un problema con el que no quería lidiar. Antes, para conseguir el divorcio, estuvo a punto de asfixiar a su hijo y si él no lo hubiera descubierto a tiempo, ya no tendrían a su hijo. Pero parecia que ella ya habla olvidado ese incidente.
“Sinti, Mateo podria crecer feliz. Prefiero que no tengas relación con él, siempre y cuando crezca sano y fuerte, eso es lo que me importa
Capitulo 33
“Ay, estos hombres son un dolor de cabeza. Si no fuera porque sé que en un par de dias ese espectro que la abuela quiere presentarle a mi primo viene a quedarse en la casa por unos días, no me habría apurado tanto en traer de vuelta a mi hijo. Ese espectro no es humano, está poseído, le encanta absorber la esencia vital de los niños. Mi hijo se debilitará por culpa de ese espectro, por eso está siempre enfermo y ha tenido que ser hospitalizado varias veces al año. La abuela no cede, y ese hombre no toma la iniciativa tampoco, ¿qué hago, cómo logro?‘.
El conductor de pronto frend de golpe, interrumpiendo las quejas internas de Soraya.
Capitulo 34
Capítulo 34
El conductor apretó el freno de golpe, bañado en un sudor frío. Con voz temblorosa, balbuceó, “Jefe, es que…”
Soraya se tocó la frente, soltando un gemido de dolor. Luego, con una mirada de reproche, dijo: “Ayy, señor conductor, ¿esto fue a propósito?“.
“Ya me han golpeado dos veces“.
Cristián entendió lo que el conductor queria decir. Apretó los dedos que tenia sobre la rodilla, pero su rostro permanecia impasible, como si no se hubiera dado cuenta de nada: “Mantén el carro estable“.
El conductor captó el mensaje al instante y dijo: “Claro“.
Luego, puso el carro en marcha de nuevo, el sudor de sus manos dejando huellas en el volante. ¡Dios mío! Los pensamientos de la señora eran aterradores, cada vez que ella pensaba algo, se avecinaba un desastre. Sentia que, si escuchaba los pensamientos de la señora unas cuantas veces más, su corazón podria detenerse de miedo.
Al llegar a casa, Cristián ignoró a Soraya y fue directo en su silla de ruedas al ascensor para subir al segundo piso, entrando en la habitación y cerrándola con llave; sacó su móvil e hizo una llamada: “Consigue información sobre toda la familia Rios, lo quiero todo en mi oficina mañana“, después de colgar, sacó un cigarrillo y lo colocó entre sus labios, prendiéndolo con un encendedor plateado que chisporroted una llama azul pálido. Encendió el cigarrillo con una elegancia despreocupada, sus dedos largos sujetando el cigarrillo como si tuvieran el mundo entero en sus manos.
El cigarrillo brillaba entre sus dedos, titilando con cada bocanada que daba; fumaba con una elegancia y calma que lo envolvia en un velo de misterio con cada exhalación. Sus ojos, profundos y llenos de historias sin contar, brillaban a través del humo: “Poseida por un espiritul Soraya, ¿quién eres en este momento? ¿Cómo sabes lo que está por venir? Si realmente tienes la habilidad de prever el futuro, ¿cuál es tu verdadero propósito al quedarte a mi lado?“.
En la habitación principal, Soraya se dio una ducha rápida y luego sacó un camisón negro de encaje que habia comprado a propósito, apenas lo suficientemente largo como para cubrir su trasero; se sintió un poco incómoda ajustándose el minúsculo camison, sonrojándose ligeramente: “Ya me puse esto, no creo que Cristian pueda resistirse frente a una belleza seductora como yo“, y sacó un frasco de perfume especial y se lo roció generosamente.
“Jeje, con esta arma secreta, vamos a ver cómo ese hombre se escapa de mis manos hoy“, soltó su cabello, sacudiéndolo un poco, y cayó en cascada sobre sus hombros, desordenado pero seductor. Momentos después, se envolvió en una bata de baño y llamó a la puerta de Cristián.
Éste último, recién salido de la ducha y vistiendo un pijama gris, la mird indiferente al abrir la puerta, bloqueandole el paso le dijo: “¿Qué quieres?“, su cabello, aún húmedo, goteaba agua que corría por su rostro y cuello, revelando un atisbo de músculos bajo su pijama, lo que hizo que ella se sonrojara aún más.
“Amor, ya terminaste de bañarte. Pensé que podrias necesitar ayuda“.
Cristián la miró friamente: “No es necesario. No te pasees por aquí sin motivo“.
Soraya sintió una punzada de frustración: ¡Dios, este hombre es un iceberg, como se supone que flirtee con él.
¿Flirtear? Cristián, apoyado en su silla de ruedas, examinó discretamente a la mujer frente a él. Con ese cambio radical, la Soraya de ese momento, con su cabello largo y su cara libre de maquillaje, era deslumbrantemente hermosa, como una joya sin pulir, cada detalle tallado a la perfección.
Capitulo 35
Capítulo 35
Sus cejas delicadas como montañas distantes, sus ojos profundos como aguas otoñales, con una nariz recta y labios de un rojo encantador, su mirada era profunda y brillante, resplandeciente como un cielo estrellado. Con una mirada intencionalmente ambigua y apasionada, ella fijó sus ojos en Cristián: “Ya que mi esposo ya se ha bañado, no tengo que molestarme más. Pero esta noche, quiero dormir contigo. Si no vienes a la cama principal, entonces iré a la secundaria. De cualquier manera, esta noche dormiré contigo, tu oposición no cuenta. Somos esposos, y dormir juntos no es ilegal. Dormir contigo está protegido por la ley“.
Cristián sabia que ella lo estaba provocando intencionalmente, solo para completar una misión: “¿Dormir conmigo? ¿Acaso te has olvidado de lo que dijiste antes? ¿Sufres de amnesia?“.
Ella frunció el ceño, ¿qué había dicho antes? ¿Qué había dicho la Soraya original? De repente, un recuerdo borroso cruzó su mente. En ese recuerdo, la Soraya original despreciaba a Cristián, quien estaba en una silla de ruedas, y lo expulsaba del dormitorio diciéndole: “¡Fuera, no quiero verte nunca más! Con esa discapacidad tuya, ¿todavia piensas dormir conmigo? Mirate, ni siquiera puedes pararte sobre tus propias piernas, ¿con que piensas satisfacerme? ¿Puedes llevarme a citas a cualquier lugar, correr por ahi? ¿Puedes cargarme como a una princesa? ¿Darme masajes en la espalda? ¿Cambiar de posición para darme el máximo placer?“.
-Cada palabra de la Soraya original era un golpe directo al corazón de Cristián, un ataque a su orgullo masculino. La Soraya de ese momento se sintió avergonzada, deseando poder retroceder en el tiempo y darle unas bofetadas a su yo anterior. Maldiciendo internamente la estupidez de la Soraya original que la había llevado a su trágico final.
Ella sonrió tontamente, con voz coqueta dijo: “Mi amor, ¿qué pareja no discute? Lo importante es reconciliarse después. Fui una tonta en el pasado y dije tonterías. Pero eso ya es historia, ya me di cuenta de mi error. Aquí estoy, pidiéndote disculpas. Por favor, sé generoso y no te enojes por lo que dije. De ahora en adelante, seré una buena esposa, una buena madre“, y se agachó junto a la silla de ruedas de Cristián, y con valentia puso su mano sobre la suya.
“Mi amor, ¿podemos dormir juntos esta noche? De verdad quiero enmendar mis errores“, mientras se acercaba a él, Cristián sintió un suave aroma. Era difícil decir si era su perfume o algo más. Bajo la mirada, y por un momento, vio el pronunciado escote de Soraya, sus pechos comprimidos uno contra el otro, capturando su atención; esa mujer, ni siquiera llevaba ropa
Interior.
Sintiendo la mirada de él, ella rozó su cara contra la mano de él y, con picardia, sacó la lengua y le dio un ligero lametazo y su voz sonaba más seductora que nunca: “Mi amor, rectificar es de sabios. Se dice que un hombre reformado vale su peso en oro. Si una simple mujer como yo sabe reformase, ¿acaso no llenaré la casa de oro?“.
Cristián se mantuvo inexpresivo, pensando en empujarla lejos. Pero ella, anticipándose a su movimiento, se levantó rápidamente y, antes de que él pudiera reaccionar, giró su silla de ruedas y la empujó rápidamente hacia el dormitorio y con un fuerte golpe, ella cerró la puerta detrás de ellos.
Él, recuperando su compostura, estaba a punto de exigirle que se fuera, pero ella rompió el molde y, de un salto, se sentó en su regazo, tomó su rostro entre sus manos y lo besó apasionadamente.
Capitulo 36
Capítulo 36
El beso repentina hizo que la cara de Cristián cambiara de color como una paleta de pintor, impredecible. ¡Esa mujer! Con aires de bandida, acaso era una rufiana? Furioso, tomó las manos de Soraya, intentando arrancarla de su abrazo. Sin embargo, ella ágilmente esquivo sus manos, tocándolo rápidamente y ligerarnente en su cuerpo.
Cristián se quedó inmovil al instante. Con una mirada de shock, la observó, sus ojos ardian con la ira de un volcán en erupción: “¿Qué me hiciste?“.
Ella sonrió con picardia: “Ay, tranquilo, solo presioné algunos de tus puntos de acupresión para que no te puedas mover por un rato, no tiene efectos secundarios“,
Cristián, mirando su triunfante sonrisa, casi explotó de la rabia. Con el rostro sombrio, demandó: “Suéltame“.
Soraya, sosteniendo su cara y riendo descaradamente, le dijo: “No lo haré. Si lo hago, ya no me dejarás besarte. Marido, después de todo lo que he hecho, ¿no me deseas?”,
Ella alargó intencionadamente su tono seductor: “Me bañé y estoy aqui, ofreciéndome a ti, ¿no sería una lástima rechazarlo?“, luego, se levantó lentamente y comenzó a desatar su bata de baño. Cuando la bata cayó al suelo, la vista dejó al hombre con la boca abierta.
El cuerpo de Soraya, como el de una ninfa, curvilineo y perfecto, sin un gramo de grasa extra, su piel brillante bajo la luz, sus largas piemas y las curvas balanceándose capturaron la mirada de Cristián. Lo que más satisfacia a la verdadera Soraya era precisamente ese cuerpo, perfecto hasta el punto de causar envidia, incluso una mujer lo admiraria.
Ella, con una cadera ondulante, levantó a Cristián, de más de un metro ochenta de alto, bajo su voraz mirada la mirada de éste se volvió gélida de inmediato hacia ella: “Soraya, si te atreves a hacer algo estúpido esta noche, jmañana te mataré!“. ¡Esa mujer se atrevió a ser tan audaz! Sus acciones de esa noche eran una humillación total para él.
Pero Soraya ignoro su ira. Para ella, los hombres eran criaturas que pensaban con la parte baja. No habia conflicto que una buena noche de pasión no pudiera resolver. Si una no era suficiente, entonces dos; y si dos no eran suficientes, entonces tendría que ser más. Antes de venir, habia pensado que, si fuera demasiado dulce y suave, se aburriría de sí misma. Así que cambió de táctica, tomando un camino menos convencional. El asalto del conquistador! Ese era su as.
La verdadera Soraya era arrogante e irrazonable, una impresión que no cambiaría de la noche a la mañana, así que ¿por qué no usarlo a su favor? Queria tomar el camino de un hombre para dejarlo sin salida, decian que los hombres conquistaban a una mujer en la cama, y las mujeres a un hombre con la cocina. Si la cocina no era lo suyo, entonces lo haría en la cama. De todos modos, él estaba herido y no podia resistirse mucho, y una vez que él no pudiera resistirse más, estaria cerca de enamorarse de ella.
Ella lo acostó en la cama cuidadosamente, luego se acostó a su lado, colocando sus manos sobre sus voluptuosos senos: “Marido, no te enojes, ¿si? Esto es solo un poco de diversión. Antes no supe ser una buena esposa, te descuidé. De ahora. en adelante, te consentiré todos los dias“.
Cristián apretó los dientes fuertemente: “Ponte a pensar cómo quieres morir mañana“.
Pero ella colocó su dedo meñique sobre sus labios: “Shh… Hablar de la muerte trae mala suerte. Si muero, ¿dónde encontrarás otra esposa tan interesante como yo?“,
¿Ves, gran témpano? ¿No es divertido tener un cambio de roles? Siempre tan frío conmigo. ¡Ahora no puedes movertel El punto de acupresión que te presione no se deshace en una hora. Esta noche te conquistare, te haré desear el cielo y temer la muerte, y nunca podrás olvidarme“,
Cristián, inmóvil, al escuchar sus pensamientos, sintió una furia ardiente en su pecho, sofocado hasta el punto de no poder ni respirar. Maldita mujer, realmente tenia planes de forzarlo. Nunca habla imaginado que llegaria el dia en que una mujer lo dominaria de tal manera, cerró los ojos: Te doy una última oportunidad. Sueltame ahora, y fingiré que nada de esto pasó esta noche. Si no, mañana será el dia en que te eches a rodar fuera de la familia Fuentes*.
Al oír eso, Soraya no le dio mayor importancia: “Lo de mañana, mañana se verá. Estoy segura de que después de esta noche, mi esposo no tendrá corazón para echarme de casa“.