Capítulo 19
“Después de asegurarse de descansar bien, puede decidir hacer una visita sorpresa a la compañia, para ver si nuestras lineas de producción cumplen con sus expectativas“.
Aunque la conversación fue breve, el señor Smith había quedado impresionado con la integridad del presidente Fuentes, confiaba en que éste no lo decepcionaria: “Por supuesto, en lo que respecta a la tecnologia de chips, proporcionaria apoyo técnico, permitiría que su equipo técnico participara en la investigación. Si pudieran o no dominar la tecnologia clave para la fabricación de chips dependerá de la habilidad de su gente. La tecnologia de chips se basa en la innovación y la tecnologia que nuestra empresa está utilizando ahora puede parecerle de alta tecnologia. Pero en un año o dos, esta tecnologia será obsoleta para nosotros. Sr. Fuentes, espero que nuestra colaboración sea fructifera, el señor Smith, con una sonrisa en su rostro, extendió la mano hacia Cristián.
Alescuchar esas palabras, los ojos de Cristián brillaron y su corazón saltó de alegria. Sin embargo, mantuvo una expresión tranquila en su rostro, y le dio la mano al hombre: “Ser elegidos por su compañía es un honor para nosotros. Por supuesto, no le decepcionaré. Pero ahora que ambos están heridos, dejemos el trabajo a un lado por el momento; primero cuidense de sus lesiones, podemos hablar de nuestra colaboración más adelante“,
El señor Smith estaba muy satisfecho con la compostura de Cristián y su capacidad para no dejarse llevar por la emoción. Claramente, habia elegido a la persona correcta. Si hubiera sido otra persona, estaria riendo de emoción y estaría lleno de gratitud hacia él, pero ese muchacho no lo hizo.
Luego, Cristián y el señor Smith charlaron un rato más antes de dejar el hospital.
Al volver a casa del trabajo esa noche, Cristián iba lado en el asiento trasero del coche, descansando con los ojos cerrados. Cuando el coche se detuvo en un semáforo en rojo, de repente abrió los ojos, miró hacia afuera y se sorprendió al ver a alguien parecida a Soraya: penso que sus ojos le estaban jugando una mala pasada, bajó la ventana y miró
atentamente
Soraya, vestida de blanco, estaba parada al lado de la luz de la calle en la esquina de una callejuela, rodeada por unos tipos vestidos de negro.
“¿Qué hace esa mujer aqui? Y está rodeada por unos tipos“.
Esos hombres vestidos de negro lucian amenazantes, con bates de béisbol en sus manos. Cuando el semáforo cambió a verde y el conductor estaba a punto de arrancar, Cristián apenas tardó unos segundos en decidir: “Date la vuelta, aparca en la esquina de enfrente“.
El conductor estaba confundido, pero obedeció.
En ese momento, en la callejuela, Soraya tenía una leve sonrisa en sus labios: “¿Quién los envió?“.
El lider de los hombres de negro, frio e implacable, le respondió: “Alguien pagó para que te diéramos una buena lección“. Ella soltó una carcajada: “¿Con eso creen que pueden asustarme?“, y exageradamente, se golpeó el pecho.
“Ay, qué miedo“, luego, con arrogancia, continuó. “Pero no es su podría causarme pesadillas. Diganle a su jefe que envie a alguien más guapo la próxima vez, me gustan los que parecen itud lo que me asusta. Es lo feos que son, su fealdad estrellas de cine, altos, con piernas largas y abdominales“.
Justo cuando el coche de Cristián se detuvo en la esquina, vio al líder de los hombres de negro levantar su bate hacia ella, y esa tonta ni se había movido. Él apretó los ojos, ese golpe iba directo a su cabeza.
‘Ay, por favor, si que son feos y malhumorados. Se atreven a amenazarme, les voy a romper la cara‘.
El bate de béisbol del hombre de negro golpeó su propia frente, sintiendo estrellas girando ante sus ojos antes de caer hacia atrás, inconsciente. Ni siquiera en sus últimos momentos de conciencia pudo entender cómo el bate habia terminado en manos de ella.
Y Cristián, escuchando los pensamientos de ella, vio al líder de los hombres de negro caer al suelo al siguiente segundo.