Capitulo 301
Me escurri rápido bajo la cama, espiando a la persona que entraba…
Era la empleada doméstica.
Que Quique y Yuria se pasearan con tanta libertad por la casa de los Hierro ya era indicio de que esta mujer tenía algo raro.
Desde que habia llegado a la familia Hierro, siempre había sido ella la que se ocupaba de cuidarme mi y a Renán.
La llamábamos Fidela. Fidela tenía ya 48 años, vestia siempre de manera sencilla, sin mucha parafernalia, lo que la hacia ver más vieja de lo que era, pero aún se le notaba que habia sido guapa en su juventud.
Fidela tiene una personalidad muy dócil y es una persona inteligente que nunca habla mucho. La mamá de Renán, Teresa, le tenia mucha confianza, por eso se atrevia a dejarnos a Renán y a mí a su cuidado.
Ahi estaba yo, oculta bajo la cama, observando en silencio.
Fidela camino lentamente hasta la cabecera de la cama y miró a Renán, quien dormía profundamente en la cama, sin decir una palabra.
Frunci el ceño, escondiéndome aún más.
Una empleada que se mete a la habitación del jefe en plena noche y se queda ahi mirándolo es, cuanto menos, inquietante.
“Fidela, ¿a quién pretendes asustar metiéndote aqui a estas horas?” Yuria entró de repente en la habitación, dándose un susto con Fidela.
La oscuridad del cuarto y Fidela parada junto a la cama daban una imagen de lo más tenebrosa.
“Esos medicamentos… ¿de verdad no le hacen daño al joven?” preguntó Fidela en voz baja.
“Renán se tomó muy a pecho la muerte de Nayra. Se deprimió tanto que hasta intento quitarse la vida, y si no llega a ser porque tú lo encontraste…” Yuria suspiró. “Todo es por su bien.”
Fidela asintió. “Eso espero
descansar.”
Solo me preocupa el señorito. Señorita Blanco, usted también deberia
Fidela se fue, pero se detuvo un momento en la puerta.
Quizás fuera mi imaginación, pero senti que su mirada se dirigia hacia donde yo estaba…
Apreté los dedos y respiré hondo intentando no hacer ruido.
Empezaba a sentir que no podia confiar en nadie de la familia Hierro.
Ironias de la vida, Renán, el que siempre me había resultado un enigma, ahora era el más transparente de todos…
“Renan… no me guardes rencor… al final fuiste tú quien me buscó primero, pidiéndome que te ayudara a deshacerte de Nayra, que no la soportabas pegada a ti todo el tiempo… Yo te ayudé, ahora me toca a mi recibir tu ayuda.” Yuria se sentó junto a la cama, acariciando el rostro de Renán. “De
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verdad te amo. Renán…”
“¿Sabes? Siempre me dio envidia Nayra. ¿Por qué ella sí y yo no? ¿Acaso soy menos que ella? Si tu madre nos hubiera dado su bendición, seguramente ya estaríamos casados. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado…? Incluso me dejé llevar por otros solo por ti… y quedé embarazada. Tú me debes esto, siempre me lo deberás.” La voz de Yuria se cargó de rencor.
Fruncí aún más el ceño, manteniendo la respiración controlada para que Yuria no me descubriera.
No es de extrañar que Renán quisiera proteger a las personas que estaban a su lado, resultó que no solo fue por la gracia de salvarle la vida, sino también por la culpa.
Renán decía que el hijo de Yuria no era suyo, así que debía haber algo más entre ellos…
“Renán, tú solo puedes ser mio… No importa si esa Ainara es un fantasma de verdad o una farsante, no puedo permitir que se quede.” Yuria apretó los dientes.
Quería eliminarme.
Porque tenia miedo.
Ella y Quique estaban tramando algo grande, y yo era un estorbo.
“Duerme bien, no falta mucho para que… vuelva a estar a tu lado, bajo la identidad de Nayra.” Yuria sonreía y se levantó para marcharse.
Una vez que me aseguré de que Yuria había salido, solté un suspiro de alivio.
Sali de debajo de la cama y le eché un vistazo a Renán…
Solía pensar que él era superior, pero en realidad siempre estaban conspirando contra él, lo cual era realmente triste.
“Renán, Renán… espero que tomes buenas decisiones…” Sacudi la cabeza y me fui.
Al cerrar la puerta suavemente, me pareció que Renán se movía, pero no estaba segura.
Esperaba que no estuviera fingiendo.
De vuelta en mi cuarto, segui revisando las cuentas de mis padres.
“Nayra fue diagnosticada, Quique dijo que es sindrome de Asperger, una especie de trastorno del espectro autista. No entiendo por qué mi niña tiene que pasar por esto, solo quiero que crezca sana y feliz.“