Capítulo 250
“Si estás histérica o qué, ve y consúltate con el médico.” Kent frunció el ceño y con una expresión de repugnancia, me jaló para alejarnos un paso. “No te dejes contagiar por ella, es venenosa.
Yuria soltó una risa fria, mirándome con profundidad. “Ainara, felicitaciones por encontrar un buen esposo Ella subrayó la palabra ‘buen esposo con una intención clara.
Parecía una espectadora esperando disfrutar del espectáculo, esperando ver mi ridiculo. ‘Deberías llevarte bien con Kent, son perfectos el uno para el otro, les deseo una larga y feliz vida juntos, que tengan hijos prósperos…*
Lo que se suponía que era una bendición, saliendo de su boca, se convertía en una maldición venenosa.
Ella estaba esperando verme caer, esperando ver mi desgracia.
Se burlaba de mí por aliarme con el diablo, por precipitarme al infierno.
“Lo mismo te deseo, que tú y Renán permanezcan juntos para siempre, y que no dejen que él salga a causar estragos.” Tomé la mano de Kent y nos alejamos.
La mirada de Yuria se fue llenando de rencor, y no se fue hasta que Kent y yo entramos a la sala de estar.
*No creas en sus palabras, yo te trataré muy bien.” Kent parecía querer asegurarme, temeroso de que yo pudiera ser influenciada por otros.
“Yo confío en ti.” Le sonrei a Kent.
Él se llenó de alegría y me abrazó sin querer soltarme. “Mi amor, quiero regresar a casa pronto.”
“¿Qué fue lo último que te dijo el médico?” Pregunté con curiosidad.
“El médico dijo que las relaciones íntimas durante el segundo trimestre del embarazo son beneficiosas para la estabilidad hormonal de la mujer embarazada, pueden calmar las emociones y mantener un estado de ánimo alegre.*
Casi muerdo mi propia lengua, sabía que no podía esperar nada serío de él
“Hoy es la cena familiar, y mira quién decidió volver.” Desde el asiento principal, Braulio se apoyaba en su bastón, hablando con voz grave.
Originalmente, ese lugar era ocupado por el patriarca, pero ahora que había sufrido un derrame cerebral y no podía salir de la cama, Braulio se había hecho cargo sin permiso.
Los parientes de la familia Linares habían llegado, incluso la familia a la que Kent habia asustado estaba alli, pálidos y refugiándose cerca de Braulio, claramente aún afectados por el susto.
Kent barrió la sala con la mirada, sin decir palabra.
“Hoy es una cena familiar, ven y siéntate” Braulio hizo alarde de su majestad, tratando de intimidarnos a Kent y a mi.
La mesa redonda estaba llena. ¿Dónde se suponía que nos sentáramos? ¿En un rincón o de pie?
Le eché un vistazo a Nicanor y pregunté inocentemente, “¿De quién es esta cena familiar?”
Nicanor respondió cortésmente. “Es de la familia Linares.”
“¿Quién es el jefe de la familia Linares?” Continué preguntando. “¿Es Braulio? ¿Desde cuándo Braulio está a cargo? El abuelo todavía no ha muerto, ¿cómo es que él está sentado en su lugar? Eso no trae buena suerte.
Cantulo 250
¿sabes? Seria una lástima que mañana él también sufriera un derrame cerebral.”
Kent respondió muy serio, “Sl, no trae buena suerte, ese asiento da derrames cerebrales.”
La cara de Braulio se oscureció y golpeó la mesa levantándose de un salto. “¡Esto es completamente inapropiado para los más jóvenes! ¿Qué clase de espectáculo es este?”
“Nicanor.” Hable con firmeza, como si su voz fuerte pudiera asustarme. “Mi esposo y yo no nos sentimos blen, asi que no vamos a comer aquí, nos vamos.”
“¡Deténgansel” Braulio estaba furioso, y unos guardias de seguridad bloquearon la salida a Kent y a mí.
La mirada de Kent se oscureció instantáneamente, protegiéndome detrás de él.
Yo sabla… que estaba enojado.
Braullo habia venido preparado hoy, con muchos acompañantes y había cerrado la gran puerta de la familia Linares.
¿Está planeando… detenerlo ilegalmente?
“Osvaldo, eres un psicópata y no tienes capacidad para tomar decisiones por ti mismo. Tomé el control de la compañía y de su gestión por el bien de la familia Linares.” Braulio pensó que tenía la situación bajo control. “Ya he contactado con el mejor hospital psiquiátrico en Monte Azur, y ya vienen en camino. No importa si estás de acuerdo o no, vas a pasar la segunda mitad de tu vida allí, bien cuidado.”
Frunci el ceño, Braulio quería enviar a Kent al hospital psiquiátrico.
Estaba preocupada y le eché un vistazo a Kent.
Eran muchos contra uno, y para colmo, Kent tenía un historial de problemas mentales. Braulio, siendo uno de los mayores de la familia Linares, tenía toda la justificación para mandarlo al manicomio. Y ni siquiera
llamar a la policía iba a resolver nada…
¿Ahora qué se supone que haga?