Capitulo 113
Después de volverme loca por un rato, me senti aliviada. Total, la Nayra del pasado ya estaba muerta.
Ya no soy Nayra.
Renan ya no puede manipularme
Las pesadillas que él me dio, cualquier favor del pasado, ya están saldados.
Desde hace tiempo no le debo nada, es él quien me debe.
Me debe una vida, la vida del hijo que llevaba en mi vientre.
Cuando me iba, sono mi teléfono.
Era Helda quien llamaba.
“Ainara, la policia ha reparado el móvil de Nayri, y la grabación de su última llamada ha sido… recuperada.”
Antes de dirigirme al viejo callejón, habla grabado toda mi conversación con Yuria.
Esa fue la decisión más inteligente que había tomado.
No confiaba en Yuria, desde el momento en que ella me acusó de haberla empujado por las escaleras, mi confianza se estumo.
Menos mal que grabe todo.
“Ya le avisé a Renán, ¿quieres volver a escuchar?” preguntó Helda.
“Claro que si, quiero disfrutar viendo la cara de Renán.” Dije casi entre dientes, demostrando cuánto odio sentia por el en ese momento.
Ahora puedo entender por qué las mujeres que antes eran tiernas y débiles, se convierten en espiritus vengativos después de morir, porque el odio se intensifica con la muerte y no se desvanece.
Cuanto lo amé en vida, cuánto esperaba que él viniera a salvarme cuando estaba a punto de morir, es tanto como lo odio ahora.
“Lástima que Yuria dijo que tenia dolor de estómago y se fue al hospital, habría sido emocionante si ella también viniera.” Helda dijo con una voz sombría.
Aparte de mi, probablemente la que más odia a Renán y a Yuria sea Helda.
Me rei sarcasticamente. “¿Ella? Ya se sabe la historia del lobo tantas veces, quién sabe si.realmente le duele el estómago o simplemente está huyendo.”
Pero no importa, ya no es importante, ver la expresión de Renán ya es bastante interesante.
“Voy a disfrutar del espectáculo.” Colgué el teléfono y le sonrei a Osvaldo.
Él se quedó paralizado por un momento y luego habló con rigidez. “Tú… ¿todavia lo odias?”
Sabía que se refería a Renán.
Por supuesto que si.
“Odio.” Respondi sinceramente.
Pero no sé por qué Osvaldo se siente un poco infeliz.
Su mano que sostenia la mia se soltó lentamente y miró hacia la ventana del coche con arrogancia.
Capituls 113
¿Qué significaba eso?
Estaba confundida.
Pero ¿cómo no odiarto?
“Él no es una buena persona… No sé cuánto tiempo estuvo incómodo, Osvaldo murmuró mirando hacial fuera de la ventana. “Él no lo merece,”
Miré a Osvaldo, confundida. Parecia que se estaba engañando a si mismo, como si realmente me confundiera con Nayra. “Oh.”
No creia que Osvaldo me reconociera, lo más probable es que debido a mi apariencia, me tomara por un reemplazo.
Al ver mi respuesta evasiva, pareció enojarse.
Se giro para mirarme, con una expresión de enojo que se asemejaba a un perro grande molesto. “Obviamente soy… más obediente.”
Me quede en shock por un momento, mirando a Osvaldo.
Dijo que él era más obediente.
No pude evitar reirme, porque se había arreglado bien hoy, y su hermoso rostro se veía aún más exquisito y distinguido.Books Chapters Are Daily Updated Join & Stay Updated for All Books Updates…
rostro.
A el hoy en día, solo podia llamarlo Osvaldo. Como si llamarlo Kent… no le hiciera justicia a su ros
Es verdad, la belleza es un capital.
Una persona tan distinguida, mirándome con tanta seriedad, afirmaba que era más obediente…
Lástima… ya no voy a confiar en nadie. Renán trató a Nayra como un objeto con etiqueta, a pesar de que no la amaba, aun asi la lastimo. En cuanto a Osvaldo, lo que está haciendo ahora no es diferente a lo que hizo Renán, obsesionado con marcar a Ainara con su sello, quiere que Ainara viva como Nayra, amenazándome locamente diciendo que soy Nayra, no Ainara.
Así que, no voy a dejar que ningún hombre se atreviera a tentarme el corazón.
Lo admito, tengo miedo.
¿Por qué hoy… de repente te vestiste tan impecable?” Cambié de tema para evitar la situación.
Osvaldo parecia decepcionado, sabía que estaba evadiendo.
“Para que no te molesten, tú no eres Ainara, no conoces a esas personas, si te hacen algo, me enojaria… Dijo en voz baja, sin mirarme más.