Capítulo 15 No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando el silencio tomó el pasillo, pensé que todos se habian ido. Sin embargo, de repente, Renán abrió la puerta y entró como un huracán; mi cuerpo, de inmediato, temblando de miedo, se echó hacia atrás intentando escapar. Él soltó una carcajada fria: “Teresa ya se fue, quiero ver quién va a protegerte ahora”. “Renán, por favor, déjame en paz, te lo suplico”. Él tenia una fuerza bruta, me agarró por el cuello de la ropa y me arrastró hasta el baño. “¡Estás asquerosa! Tienes que estar limpia”. Estaba furioso, seguramente creía que el haber estado cerca de esos tipos ebrios la noche anterior me habia ensuciado al máximo; el agua helada cayó sobre mi, y en ese instante senti que me quedaba sin aire, todavia tenia fiebre y él me bañaba con agua fría. Confundida y aturdida, caí al suelo sin saber cómo resistirme, todo mi cuerpo temblaba incontrolablemente. “Yuria se desperto, ¡y hoy tienes que ir a pedirle disculpas de rodillas!”, Renán, con desprecio, me lanzó la ducha encima, ordenándome pedirle perdón a esa mujer. “No voy a ir”, no sé de dónde saqué el valor, pero me negué con terquedad. “No he hecho nada malo, no ire “¡Nayra!”, Renan parecía haber llegado al limite de su paciencia, probablemente pensaba que ya no tenia. salvación. “He solicitado una plaza para irme al extranjero, en dos meses me iré, por favor, déjame en paz”, lo miré desafiante, ya no había amor en mis ojos, en ese momento sentí que lo odiaba. “¿Cecilio te consiguió esa plaza? Jajaja, Nayra, ¿cuántas veces te acostaste con él para que esté tan obsesionado contigo?”, me agarró la barbilla, forzándome a mirarlo. Yo mirė esos ojos llenos de ira con desesperación, al mismo tiempo también lo miré con desafio, rehusando someterme: “Es verdad, estuvimos juntos, ya estoy enamorada de él, y nunca, nunca más te molestaré”. “Bien, ¡muy bien!”, Renán me agarró del pelo y me empujó al suelo. “Parece que naciste para ser una cualquiera, no te he satisfecho bien, ¿verdad?”. Tenía mucha fuerza, cada golpe parecía una descarga de su propia frustración, no entendía por qué estaba tan enloquecido. Claramente no me amaba, pero a veces me daba la sensación de que su locura era por celos; pero, qué ilusa había sido. “Nayra, en esta vida, tienes que pagar por tus pecados”, era como una bestia insaciable, como si quisiera destrozarme en ese mismo instante. Grité y supliqué clemencia, pero no sirvió de nada. Al final, mi garganta se rompió, y mi boca sabía a sangre, poco a poco, dejé de gritar, de luchar; supuse que era el precio por la deuda de la familia Hierro. “¿Qué necesitas para dejarme en paz?”, después de más de una hora de tortura, yacia entumecida en el suelo y le pregunté qué necesitaba para liberarme. “Ve y pidele disculpas a Yuria”, insistió en que me disculpara. “Está bien”, accedi. La verdad ya no importaba.
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“La familia Hierro te ha mantenido todos estos años, cubriendo las deudas de tu familia, cuando me 12:08 Capitulo 15 pagues lo una toalla. e debes, te dejaré ir”, Renán se dio una ducha v salió del baño envuelto en Entendi su mensaje perfectamente, yo debía ser su amante hasta pagar la deuda. “Voy a pagarte”, pero tenía que irme. Trabajaria duro para devolverle su dinero, pero no sería su amante, ni dormiría con él. En el Hospital de Monte Azur. Esa tarde a las cuatro, Renán me llevó al hospital. Con un ramo de flores cuidadosamente seleccionado para Yuria en brazos, caminé entumecida hacia su habitación. “Renán”, dijo Yuria con una sonrisa pálida al verlo. Pero su rostro cambió cuando me vio. “Renán, ¿para qué la trajiste?”. Los ricos amigos que acompañaban a Yuria comenzaron a hacer escándalo. “¡Que se vaya, empujó a Yuria por las escaleras y todavía tiene el descaro de venir!”. “¿De dónde sacas la cara?”, una de esas chicas ricas se me acercó y me empujó. No me pude mantener en pie y cai al suelo, la herida en mi pie ardia con dolor. Renán frunció el ceño y dijo: “Ya basta”. La chica rica lo miró: “¿Así de fácil va a quedar después de lo que le hizo a Yuria? ¡Vamos a llamar a la policia, tiene que ir a la cárcell”. “No es para tanto, no te preocupes por mí, no llegaremos a eso”, Yuria intervino suavemente. “¡Yuria, eres demasiado buena!”, exclamó la chica rica con un tono cargado de ira. Renán tenia una expresión sombría mientras me miraba: “Ella ha venido a disculparse”. “Jajaja, ¿de qué sirven las disculpas?”, dijo la chica rica con una risa sarcástica. “¿Disculparse?”, se burlaron los ricos herederos. “¿Acaso esa es la actitud para pedir perdón? ¿No debería estar de rodillas?”. Yuria respondió con una sonrisa burlona: “Dejen de hacer escándalo”. “Para tratar con una mujer venenosa como ella, tienes que ser así de dura”. Me levanté apoyándome en la pared, abrazando con fuerza el ramo de flores que tenía en los brazos. “¿No escuchaste? ¡Arrodillate, pide perdón!”, Renán me exigió que me arrodillara, pero yo me negué, estando con la cabeza gacha y obstinada, sin hacer un ruido. “¡Te dije que te arrodilles!”, gritó Renán, furioso, y me arrastró hacia el lado de la cama de Yuria. Ella me miraba como si estuviera viendo una obra de teatro: “Renán, no seas tan bruto, Nayra aún es una niña”.