Capítulo 246 
Al ver los documentos de transferencia de sus propiedades, el corazón de Leira sangraba. 
Era el fruto del esfuerzo de Donato, obtenido de Paloma. 
Ahora tenía que entregarlo todo, era demasiado doloroso. 
Al verla indecisa, el guardaespaldas le dio una bofetada, “Apúrate, no tenemos todo el día.” 
El sonido resonó en el sótano. 
“¡Ah!” 
Leira gritó, sangre brotando de su boca y su cara hinchándose en el acto. 
Una bofetada del guardaespaldas le había sacado un diente. 

Él amenazó con el martillo y los clavos. 
“Si sigues vacilando, te haré probar todos los instrumentos de tortura.” 
furiosa pero resignada, firmó a regañadientes. 
Uno tras otro… 
Tuvo que firmar más de una docena de veces para completar todos los documentos. 
Esto mostraba cuánto había transferido Donato a su nombre. 
Cristián tomó los documentos firmados. 
Leira aprovechó para decir, “Ya firmé. Ahora pueden dejarme ir. Ya tienen lo que querían, he hecho todo lo que me pidieron.” Después de revisar los documentos, Cristián dijo, “Has firmado, pero tu amante todavía no. Sus vidas están unidas. Él debe firmar para que tú puedas vivir. ¿Podrás sobrevivir? Depende de si tu amante decide salvarte o no.” 
“Continúen con la tortura.” 
Al escuchar esto, Leira estalló en ira. 
“¡Cristián, esto es traición! Un hombre de verdad mantiene su palabra. ¿Cómo puedes romper tu promesa?” 
Cristián la miró con una mirada penetrante y dijo, “Lo que te prometí fue que si firmabas, no le haría nada a tus hijos. Pero nunca dije que te dejaría ir a ti después de firmar. Ahora, el que no quiere salvarte es tu amante infiel. En vez de rogarme, deberías suplicarle a él que firme. Así al menos podrías evitar un poco el sufrimiento físico. Después de todo, tienes la piel tan delicada en tus manos y pies. Si clavo esto… la sangre salpicará por todos lados. Es más, tus pies podrían terminar separándose de tu cuerpo.” 
Leira, aterrorizada, le suplicó. “¡Donato, por favor firma ya! Si perdemos el dinero, podemos volver a ganarlo.”