Capítulo 140
La voz de Soraya, una vez más, dejó a Cristián totalmente en shock, ¿ella realmente podríal curar la médula espinal de Lucas? Si realmente pudiera hacerlo, entonces no tendría que enviarlo al extranjero a toda costa. Fuera del país, no podria vigilarlo todo el tiempo, pero si se quedaría, podría visitarlo cuando quisiera.
Aquellas personas que arriesgaron sus vidas por él, ya fuera su guardaespaldas o su chofer. Ese gran
favor lo tenía que devolver… Él, Cristián, jamás lo olvidaría en su vida. Siempre había sido de los que devolvian un favor con creces, a aquellos que verdaderamente le mostraban bondad, él les ofrecería su lealtad hasta el final.
Soraya pensaba en cómo hacer que Cristián confiara en sus habilidades médicas. Mientras, él pensaba en cómo hacer que ella revelara su conocimiento en medicina.
Al día siguiente, bien temprano.
Soraya fue despertada por el ruido; pensó que aún estaba en casa durmiendo. Irritada, gritó: “¿Pueden dejar de hacer ruido?“.
Ese grito potente tomó por sorpresa a Herminio Fuentes, se tocó el pecho diciendo: “Madre mía, ¡la temperamental de la cuñada sigue igual! ¡Y yo que estaba hablando bajito, casi chistando como un mosquito, y aun así me escucha! Vaya, qué buen oido tiene“.
Dado su trabajo especial, a menudo él estaba fuera en misiones militares. Por lo que eral normal que a veces perdiera contacto, y la familia ya estaba acostumbrada. A menos que fuera absolutamente necesario, no lo contactarian. La última vez que lo persiguieron no le informaron a nadie más que a su hermano y cuñada, sus padres pensaban que estaba en la base. Sobre el incendio del día anterior, nadie le había dicho nada. Se enteró esa mañana temprano mientras actualizaba las noticias. Al ver la escena de su cuñada sacando a su hermano del fuego, casi se cayó de la cama del susto. ¡Eso era un incendio! Un incendio que consumió varios pisos, tremendamente peligroso y ahí estaba su cuñada, arriesgándolo todo para entrar, ella definitivamente había cambiado para mejor. ¡Debía ser amor verdadero por su hermano!
Maldita sea, un suceso tan grande y nadie le avisó. Si no hubiera revisado las noticias esa mañana, ni se hubiera enterado que casi asan a su hermano vivo. Luego miró a su hermano: “Ya te pueden dar de alta, ¿no? Nuestros padres vendrán en un rato, así que no digas que no te avisé“.
Cristián aún vestía el uniforme del hospital: “Casi listo, la inflamación ya bajó. La herida también comenzó a cicatrizar. En cuanto el médico llegue, tramitaré mi alta“.
Soraya, durmiendo en otra cama y cubierta hasta la cabeza con la sábana, solo al escuchar el murmullo de Herminio recordó que estaban en el hospital; se levantó, vistiendo la ropa que se puso después de bañarse la noche anterior, tenía un semblante algo molesto: “Tonto, Lacaso no puedes dejar de murmurar tan temprano?“.
Ella tenia un serio problema al despertar. Ya había dormido tarde la noche anterior, y en ese
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momento, despertada por Herminio, estaba bastante irritada. Éste, viendo sus manos vendadas y sin prestar atención a su enojo, intentó congraciarse: “Lo siento, fue mi falta de consideración, desperté a la cuñada. Solo vine temprano porque vi las noticias y me preocupé. Ahora que veo que están bien, me quedo tranquilo. Mañana ya no los molestaré“.
Soraya, observando la nube de muerte que rodeaba a Herminio, no pudo evitar,sonreír. ‘Ah, este tonto ni siquiera sabe que está al borde de la muerte y aun así se preocupa por los
demás‘.
¡Al borde de la muerte! Los hermanos Fuentes intercambiaron miradas y el rostro de Herminio palideció, ¿acaso su cuñada estaba insinuando que su fin estaba cerca? Pero, ¿por qué no decía quién iba a atentar contra él y cuándo? Ya había vuelto a la base con precauciones contra supuestos amigos, pero el enemigo no había hecho ningún movimiento y no había encontrado ni rastro alguno de sus planes.