Capítulo 126
El dolor en la pierna casi hizo que Cristián gritara. Si no fuera por su gran autocontrol, ya habría perdido la compostura, temía que Soraya descubriera que estaba despierto. Entonces, con los ojos cerrados, el cuerpo tenso, conteniendo la respiración, no se atrevía a hacer ningún ruido.
Después de que ella terminara y retirara la aguja de plata, la espalda de Cristián ya estaba empapada en sudor frio. ¡Le dolia! ¡Le dolia demasiado! Pero ese dolor era una especie de felicidad para él, algo que le emocionaba tanto que no podia calmarse, ¿cuánto tiempo había pasado? Desde el accidente, durante cientos de días y noches, había perdido toda sensación en su pierna, había visto innumerables especialistas, todos le habían dado un veredicto fatal, decían que tendría que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. Pero en ese momento, Soraya dijo que podía curar su pierna, él no tenia ninguna esperanza al principio. Pero quién lo diría, jesa mujer realmente tenia habilidades!
Soraya giró su cuello dolorido: “Ay, qué cansancio. Cristián, encontrarte con esta vieja fue tu día de suerte“, le cubrió con la manta y aprovechó para darle un beso rápido en los labios.
“Esto es solo un anticipo, luego, como las veces anteriores, guardó la aguja de plata en el dormitorio.
Cuando ella se fue, Cristian finalmente abrió los ojos. Mirando su figura alejarse por la puerta, sus pensamientos eran tan turbulentos como el mar, extremadamente complejos. Pero no tuvo tiempo de pensar más. Soraya, después de guardar la aguja de plata, regresó a la habitación. Al escuchar sus pasos, Cristián rápidamente cerró los ojos. Cuando ella entró y cerró la puerta, fue directamente a la cama, levantó la manta y se acostó; después de meterse en la cama, se abrazó a la cintura del hombre, preparándose para dormir. Pero
está cuando tocó su cintura, ella se detuvo de repente: “¿Eh, qué pasa? ¿Por qué mi esposo tan sudado? ¿Tiene calor? No, eso no tiene sentido, he tenido la manta levantada todo este tiempo, no debería tener calor, ¿será que está enfermo?“.
Ella le tocó la frente: “¡Está normal!“.
Luego, tocó otra vez su cuerpo y sacudió a Cristián: “Esposo, despierta“.
Él fingió despertarse muy a tono. En sus frios ojos, una apariencia de molestia por haber sido despertado apareció: “¿Qué haces aqui otra vez?“.
A Soraya no le importó su actitud: “Esposo, estás sudando, ¿te sientes mal?“.
Cristián, por supuesto, no diria que el sudor era por el dolor: “¿Acaso sudar no es algo normal?“, no trató de echarla. Después de todo, ya estaba acostumbrado a que ella se metiera en su cama en mitad de la noche.
Viendo que no la echaba como otras veces, ella sonrió como un gato que conseguia lo queria: “¿Será que mi esposo empieza a sentir algo por mi? ¡Hoy no me echo! ¿Debería seguir así y coquetear un poco más?”.
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Con descaro, ella le dio un beso en la oreja a Cristián y luego pasó la punta de su lengua por ah: “Esposo, ¿quieres hacer un poco de ejercicio?”
Cristián no se movió, con voz ronca preguntó “¿Te metes en mi cama en plena noche, solo por esto?”
¿Esa mujer, solo pensaba en seducirlo para que se enamorara de ella, sin considerar otra estrategia? ¿No habla pensado en ganarse su corazón con sinceridad? ¿Solo quería su corazón mientras ella jugaba a ser la mala? ¿Ereso justo para el?
Soraya, con la mano moviéndose hacia abajo de manera atrevida, dijo: “La noche es joven, y el momento es perfecto Si no es por esto, entonces por qué más? Además, siempre dices que no, pero al final, ¿quién es el que más lo disfruta? Yo lo day todo por ti, asi que no te hagas el dificil
Cuando ella lo tocó, el cuerpo de Cristiansen
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de inmediato, su respiración se detuvo
el Esa mujer realmente iba directo al gran Esa ves, no la empujó Queria ver si él no se movia, ¿qué haría ella? Entonces el closos, utando mirar esa cara seductora de Soraya, y solto una frase que cal hace tambalear todo lo que ella creia conocer sobre el ‘Si quieres, muévete y harlo tu
apitulo 126
on descaro, ella le dio un beso en la oreja a Cristián y luego pasó la punta de su lengua por hí: “Esposo, ¿quieres hacer un poco de ejercicio?“.
ristián no se movió, con voz ronca preguntó: “¿Te metes en mi cama en plena noche, solo or esto?“.
Esa mujer, solo pensaba en seducirlo para que se enamorara de ella, sin considerar otra strategia? ¿No había pensado en ganarse su corazón con sinceridad? ¿Solo quería su orazón mientras ella jugaba a ser la mala? ¿Era eso justo para él?
oraya, con la mano moviéndose hacia abajo de manera atrevida, dijo: “La noche es joven, y I momento es perfecto. Si no es por esto, ¿entonces por qué más? Además, siempre dices ue no, pero al final, ¿quién es el que más lo disfruta? Yo lo doy todo por ti, así que no te agas el difícil“.
uando ella lo tocó, el cuerpo de Cristián se tensó de inmediato, su respiración se detuvo. sa mujer realmente iba directo al grano! Esa vez, él no la empujó. Quería ver, si él no se lovía, ¿qué haría ella? Entonces él cerró los ojos, evitando mirar esa cara seductora de praya, y soltó una frase que casi hace tambalear todo lo que ella creía conocer sobre él: “Si uieres, muévete y hazlo tú“.