Capitulo 757 
Por querer encontrarse con su esposo para tratar un asunto importante como el divorcio, ella se habia puesto un conjunto de ropa que parecía un poco más formal de la habitual. 
La ropa había sido un regalo de él, proveniente del mismo lugar de donde él solia adquirir sus vestimentas. 
Era una prenda de lujo, exclusiva, sin logo, algo que ni con todo el dinero del mundo podria comprar una persona externa. 
Dalia y sus amigas, ciegas ante lo valioso, no podían reconocer la calidad solo porque no veían un logo; pensaban que Carol estaba viviendo en la pobreza. 
Carol no dijo nada, pero Dalia Paz continuó con su burla, 
“¿Qué haces aquí? ¿Vienes a entrevistarte en Regio Bello también? Ja, ja, ¿qué creías? ¿Que esto es un refugio para cualquiera? Esto es Regio Bello, la empresa más reconocida, rica y prometedora del país. Solo los mejores trabajan aquí, no gente sin vergüenza como tú.” 
Una de sus amigas preguntó, “¿Qué estudios tiene?” 
Dalia Paz contestó: “Abandonó la universidad después de un año. Ni siquiera tiene 

un título universitario.” 
Las mujeres se rieron, “¿Con estudios de secundaria quiere entrar a Regio Bello? Ja, ja, vaya, ¿estás loca qué? Nosotras, que estamos cubiertas de oro por nuestros estudios en el extranjero, ni siquiera estamos seguras de poder entrar, ¿y tú?” 
Otra mujer dijo: “La vi hace un momento, los guardias ni siquiera la dejaban pasar. Con esos estudios, ni siquiera merece cruzar la puerta de Regio Bello.” 
Dalia se volvió aún más arrogante y lanzó otra pulla, 
“¿Y tus hijos bastardos dónde están? ¡Insististe en no deshacerte de ellos, y 
ahora…!” 
“¡Plaf!” 
Dalia ni siquiera había terminado de hablar cuando una bofetada marcó su rostro. 
La fuerza del golpe dejó una marca en su cara. 
Dalia y sus amigas quedaron en shock, sin palabras. 
1/3 
Carol, Jadeando con tabla y con los ojos nijecidos, enfrentó a Daila, 

Todo lo que tenia con ustedes termino el Dia que me caser Puede que la familia Paz e haya chado, pero ambos sabemos cómo lo hicieron, cómo me trataron. 
Yo, Carol, no tengo nada de que avergonzalme, no les debo nada! 
(Coité lazos con ustedes hace seis años, para mi, son solo conocidos, si se atreven a lastimar a mis hijos, no se lo perdonarél 
iles advierto, nunca subestimen el amor de una madre por sus hijos! ¡Si alguien insulta a mis niños, estoy lista para enfrentarlo! ¡Si intentan hacerles daño, estoy dispuesta a luchar hasta el final!” 
Después de su advertencia, Carol, agotada, se giró para irse. 
No quería tener nada que ver con los Paz, pero ver a Dalia aún le causaba un profundo dolor. 
“Zorra, detente!” gritó Dalia. 
Sus amigas también reaccionaron, bloqueando el camino de Carol, 
“¿Crees que puedes pegar y simplemente irte? ¿Quién te crees que eres? ¡Te voy a matar por atreverte a golpear a nuestra Annie!” 
Las mujeres comenzaron a jalar del cabello de Carol, y Dalia, con la marca de la bofetada aún en su rostro, furiosa, se abalanzó hacia ella, 
“¡Carol, desgraciada, no te he visto en seis años y te atreves a golpearme! ¿Quién te dio ese coraje… ah!” 
Antes de que pudieran tocar a Carol, una fuerza los lanzó lejos. 
Las tres mujeres cayeron al suelo, sin saber dónde se habían lastimado, con los ojos rojos de dolor e ira, 
“¿Quién demonios…? ¡Se atreve a tocarme, yo…!” 
Se estaban quejando, pero al ver a Aspen, se callaron de golpe. 
Solo había shock en sus miradas. 
Mucho shock. 
Increíble shock. 
Aspen, protegiendo a Carol como si fuera un tesoro, la mantuvo cerca y miró furioso a Dalia Paz y su grupo, 
14:43 1 
“¡Yo le di el coraje para que se enfrentara! ¿Y ahora qué quieren hacer?”