Capítulo 358
La mente de Carol gradualmente retornaba a la realidad. Los fragmentos de la noche ant
hacer eco en su mente, acelerando su respiración…
¡Él, él, él lo descubrió!
¡Incluso mencionó a su hijo!
¡No! ¡No! ¡Huir, tenía que escapar rápidamente!
menzaban a
Tal cual ocurrió anoche, cuando descubrió que él la había reconocido, su primer instinto fue el de escapar.
Si no puedo vencerle, a huir. ¡Ese era su plan desde el principio!
Pero en este momento, está atrapada en los fuertes brazos de Aspen. Cada vez que ella se agitaba, las cejas de él se movían levemente también.
Temiendo despertarlo y perder su oportunidad de escapar, Carol primero puso su celular en silencio, luego contuvo la respiración y permaneció callada en sus brazos un rato.
Una vez que estuvo segura de que él había vuelto a dormirse, retiró con cuidado su mano que estaba sobre
ella.
Se levantó sigilosamente de la cama y corrió como alma que lleva el diablo fuera de la habitación, escondiéndose en el estudio.
No fue hasta que cerró la puerta y echó el seguro que se permitió respirar fuertemente.
Cayó sentada contra la puerta exhausta, su cuerpo se sentía sin fuerzas…*
“Ring, ring, ring, ring…”
El sonido del teléfono volvió a sonar. Era Tania quien la estaba llamando.
Carol sabía que Tania se había despertado y al no encontrarla se había preocupado. Recobró la calma y contestó la llamada.
“Hola.”
Tania parecía muy ansiosa,
“Carol ¿dónde diablos estás? Me desperté y te busqué por toda la casa, te has desaparecido.”
“Yo… Hubo un contratiempo a media noche. Estoy en la casa de Miro ahora.”
“¿Ah? Fuiste a donde Miro, ¿le pasó algo?”
“No, él está bien. Escucha, Tania… ¿Podrías pedir el día libre y no llevar a los tres pequeños a la escuela hoy? Necesito que recojas mis cosas, regresaré pronto.”
Tania estaba confundida, “¿Por qué? ¿Te vas a mudar?”
“Sí. Despierta a Laín, Ledo e Luca ahora mismo, necesito que ellos también empiecen a empacar.”
Tania estaba preocupada, “Carol, ¿qué está pasando?
“Es una larga historia, te lo cuento cuando vuelva. Ahora estoy bien, no te preocupes. Solo haz lo que te digo.”
Al colgar el teléfono, Carol volvió a respirar profundamente.
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Capitulo 358
Al recordar los sucesos de la noche anterior, sintió un escalofrío. No se atrevía a perder más tiempo y decidió cambiarse de ropa.
“Mamá,” se escucho la voz de Miro desde el otro lado de la puerta.
Carol se quedó perpleja, arregló su ropa y su cabello rápidamente y abrió la puerta.
“Miro, ¿cómo es que te despertaste tan temprano?”
Miro no respondió, la miraba desconfiado “… Mamá, ¿qué te pasa?”
“Ahi, ahi, y ahi… ¿tenemos mosquitos en casa?
Carol tocó las zonas indicadas pensando en algo, aterrada, corrió al baño.
Al verse en el espejo, Carol casi enloquecía. ¡Parecía que un cerdo la hubiera embestido!
¡Su rostro se puso rojo furioso!
Ella siempre tenía piel sensible, ahora todo su cuello estaba lleno de marcas de mordeduras de él, eran muy
obvias.
Furiosa y avergonzada, Carol maldijo en su mente, jél era un verdadero perro loco!
Miro todavía era pequeño, no sabía lo que eran chupones. Él estaba preocupado por su mami y se paró en la puerta del baño preguntando,
“¿Mami, quieres que llame a un doctor?”
“¡No!” Carol rechazó de inmediato.
Miro volvió a preguntar rápidamente, “¿Debería despertar a Papá para que te consiga medicina?”
¿Despertarlo a él?
“No… No, no, no. No es necesario. Yo… yo estoy bien.”
Carol respondía apresurada a Miro mientras se envolvía una toalla al cuello para cubrir las marcas de mordeduras.
Luego, abrió la puerta del baño y le dijo a Miro,
“No necesitamos despertar a tu papá, él bebió mucho anoche. Dejémoslo descansar. No te preocupes, solo me picó un insecto y tuve una pequeña alergia. Estoy bien.”
Miro estaba preocupado, “¿Alergia? ¿Estás segura de que no necesitas a un doctor?”
“No lo necesito, sé cómo curarme.”
“¿Te duele?” volvió a preguntar Miro.
Carol sacudió su cabeza, “No me duele.”
“¿Y te pica?”