Capítulo 106:
ミ J͎o͎i͎n͎ ͎B͎e͎a͎r͎N͎o͎v͎e͎l͎s͎.͎C͎o͎m͎ ͎F͎o͎r͎ ͎L͎a͎t͎e͎s͎t͎ ͎U͎p͎a͎t͎e͎s͎ 彡
Mary hizo una pausa y luego sugirió: «Puedes llamarlo y preguntarle si volverá para cenar o algo así. Marido y mujer deberían comunicaros más, no pueden seguir viviendo vuestras vidas así. Sé que los dos os casasteis por una razón… para ser sincera, basándome en la personalidad del señor, el hecho de que pueda olvidar el pasado y seguir casándose contigo significa que te quiere de verdad. No puedes actuar con tanta indiferencia hacia él. Sabes cómo es, así que ¿Por qué no puedes escucharle? Mientras dos personas puedan vivir juntas en armonía, ¿Importa quién es el que baja la cabeza?».
Arianne se sintió como si acabara de escuchar el consejo más absurdo.
“¿Me estás tomando el pelo, Mary? ¿Me quiere? Yo sólo tenía ocho años cuando entré en la Familia Tremont, y él ya tenía dieciocho. Probablemente ya tenía novias por aquel entonces. Yo todavía era una niña. ¿Cómo es posible que se haya enamorado de mí? Sólo nos casamos por el incidente de hace tres años… ni siquiera es exagerado decir que fue un movimiento de relaciones públicas. No tiene nada que ver con los sentimientos. Probablemente no quería divorciarse de mí porque no quería ser criticado públicamente o… sólo quiere atormentarme. ¿Cuánto me odia para estar dispuesto a pasarse la vida buscando venganza contra mí? ¿Por qué iba a quererme?»
Ya que estaban con este tema, Mary fue a por todas y se sinceró con ella.
“¿Es así como te has estado sintiendo todo este tiempo? Si el señor se pasa la vida buscando venganza contra ti, ¿Te está atormentando a ti o a sí mismo? Si sólo te odiara, ni siquiera querría mirarte. ¿Crees que se atrevería a… hacer algo contigo?».
Mary fue más sutil en la elección de sus palabras, pero Arianne comprendió a qué se refería. Mark había intimado con ella hacía años. No podía negar el hecho de que siempre la había confundido.
Sin embargo, descartó rápidamente esa posibilidad por ridícula cuando recordó el odio y el asco en los ojos de Mark cada vez que la miraba.
“Basta, Mary. Sé lo que siente. Si una persona te quiere de verdad, es imposible que no lo sientas. Pero todo lo que puedo sentir de Mark es su odio hacia mí».
Mary suspiró y no dijo nada más.
Tal vez estaba demasiado agotada durante el día, porque Arianne se retiró a la cama antes de lo habitual esta noche. Su sueño se vio interrumpido por sueños caóticos. Sucedían tantas cosas que, cuando se despertó, ya no recordaba nada. Lo único que sentía era el sudor que le dejaba el cuerpo pegajoso.
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Había amanecido. Entró en el cuarto de baño y se dio un baño. Al tratarse de un espacio cerrado, era normal tener dificultades para respirar después de pasar mucho tiempo allí. Sin embargo, esta vez su reacción fue más intensa que antes, hasta el punto de sentirse mareada.
En cuanto abrió la puerta del baño y salió, respiró hondo varias veces antes de recuperarse. Un repentino dolor punzante en el bajo vientre la sobresaltó.
Al instante recordó que llevaba casi veinte días con la regla retrasada… y no sólo eso, su sueño también se veía muy afectado últimamente.
Pensando en el calambre de hace un momento, se tocó los pechos incómodamente con la cara roja. Estaban ligeramente hinchados, por lo que su periodo probablemente llegaría pronto…
Después de buscar trabajo durante medio mes, Arianne finalmente aceptó su destino. Si no le hubieran dado comida gratis en la Mansión Tremont, probablemente se habría muerto de hambre en la calle.
Aburrida, abrió el sitio web en el que había puesto a la venta sus cuadros y descubrió que alguien los había comprado. Había pasado más de medio mes desde que se hizo el pedido, pero la otra parte nunca la persiguió para enviar la mercancía.
Arianne casi pensó que sus ojos le estaban jugando una mala pasada. Después de volver a comprobar el pedido, aceptó por fin que era una realidad. Soltó un gran suspiro de alivio. Aunque no era mucho, seguía siendo un ingreso.
Retiró el dinero e inmediatamente transfirió hasta el último céntimo a Tiffany. El encargo le había dado esperanzas. Siguió pintando en el estudio porque era mejor que no hacer nada en casa.
Al verla tan inmersa en la pintura, Mary decidió no llamarla para que bajara a comer. En lugar de eso, llevó la comida de Arianne directamente al estudio. En cualquier caso, Mark no solía estar por allí. Incluso si volvía, se llevaba algo y se marchaba. Por lo tanto, a nadie le importaban las normas.
Cuando Mary sirvió alegremente la lubina al vapor, Arianne se tapó la boca y corrió al baño antes incluso de ver el aspecto del pescado.
Las piernas le flaqueaban después de haber tenido arcadas durante un rato. Se levantó y se sobresaltó al ver la mirada triste de Mary.
“No… no pensaba que los platos que habías preparado no estuvieran buenos. Es que huele demasiado a pescado. Nunca me han gustado las cosas con olor a pescado».
Mary se quedó un poco perpleja.
“La lubina se preparó muy meticulosamente. No huele a pescado. ¿Desde cuándo tienes la nariz tan sensible?».
Arianne no estaba segura de por qué había reaccionado así de repente.
“Está bien, me saltaré el pescado. ¿Puedes traerme verduras?»
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