Capítulo 357
Originalmente no quería hablar con Yuria, después de todo… si Renán realmente se suicidara, Yuria definitivamente no tendría la energía para venir y causar problemas.
Pero ahí estaba ella, gritando y armando alboroto, parecía hasta a propósito.
Si no me equivoco, por ahí cerca debe haber periodistas o alguien vigilando.
Yuria estaba dando un espectáculo.
Fruncí el ceño, cada movida de esta mujer me parecía parte de alguna trama oscura con Quique.
Pero, mala suerte, Kent se àlteró con su show.
Kent salió al patio, echándole un vistazo a Yuria afuera.
Se notaba que Yuria se asustó, se echó para atrás nerviosa. “Osvaldo… Renán se suicidó y es culpa de Ainara, su identidad… ¿Nunca has dudado de su identidad?”
Kent la miró con ojos fríos. “¿No te vas? Suelto al perro.”
Levantó la mano y el mayordomo, que era sordo y mudo, se preparó para abrir la puerta, mientras Estela se moría de ganas de salir corriendo.
Yuria, aterrada, miraba a Kent, estaba pálida del miedo.
“¡Tengo pruebas!“, gritó desesperada Yuria: “Osvaldo… tengo pruebas para demostrar que Ainara es falsa… ella no es Nayra, te ha estado mintiendo todo este tiempo.”
Temblorosa, Yuria sacó un sobre y de ahí se le cayeron un montón de fotos.
Kent ni quería saber de ella, mandó al mayordomo a abrir la puerta.
Apenas se abrió un poco, Estela salió disparada como rayo.
Yuria pegó un alarido y corrió a su carro, cerrando la puerta a lo bestia.
Kent, impasible, llegó a la entrada, viendo que Yuria ya se había largado, entonces miró las fotos tiradas en el suelo.
Desde arriba yo no alcanzaba a ver las fotos, pero algo me decía que la cosa no era tan simple.
Yuria no habría venido por nada.
Bajé rápido para ver qué era lo que había traído, pero cuando llegué, Kent ya había hecho pedazos todas las fotos.
“¿Yuria vino a gritar qué?“, pregunté.
Kent, como por instinto, escondió los pedazos detrás de él. “No es nada… está loca.”
No dije nada, tampoco pregunté por las fotos.
Kent tampoco sacó el tema y, cabizbajo, se acercó a mí. “Nayri… ¿sigues enojada?”
No respondí.
1/2
11:52
Capítulo 357
Kent seguía con la cabeza gacha, sin atreverse a mirarme.
“Ainara.” Afuera, otro carro negro se acercó.
Bajó la ventana y adentro estaba la mamá de Renán.
Me quedé parada, sorprendida. ¿Teresa había vuelto por el suicidio de Renán?
¿De verdad se había suicidado?
“Teresa“, la saludé con respeto como siempre.
“Hablemos“, me dijo Teresa con una mirada fría, posando sus ojos en Kent. “Disculpa, pero me llevo a tu esposa un rato.”
Kent me agarró, igual de frío. “No se la presto.”
Teresa se puso seria. “Venderle los bienes de la familia Linares a otros, ya eres el chiste de todo Monte Azur, sin nada… ¿con qué derecho me hablas así?”
Lo que dijo Teresa era cierto. Osvaldo había vendido los negocios de los Linares al Grupo Estrellas, y eso en nuestra familia era como traicionar y vender el alma.
Y en el mundo de los negocios, era una burla.
¿Quién en su sano juicio le vende todo a otro por nada? Solo un tonto haría eso.
Además, esa movida puso locos a Braulio y a los vampiros de los Linares.
Ahora Grupo Estrellas ha comenzado a liquidarse, y tras adquirir Grupo Linares inició una gran reestructuración. Aunque Braulio no podía meterse con Kent por ahora, seguro que ya lo odiaba a muerte.
Era solo cuestión de tiempo antes de que le pusiera la mano encima.
“Teresa, no importa lo que Kent haya hecho, es asunto de nuestra familia Linares. Y su propio hijo tampoco es que haya salido muy educado. Si no fuera porque usted manejó la información tan herméticamente, apuesto a que Renán ya sería el hazmerreír de todo Morte Azur desde que Nayra murió.”