Exceptó por mi propio deseo de 
Capítulo 322 
To pondrias triste si me fuera?” le pregunté. 
El no respondió, pero su mirada estaba a punto de romperse. 
“Si tú también estás triste, entonces quédate conmigo“, le supliqué a Kent extendiendo mis brazos hacia él. 
¿Por qué siempre me sentía tan insegura? 
Solo bastaba con que él lo pidiera, y yo me quedaría. 
Kent me miró, sin decir palabra, simplemente me tomó en sus brazos, me apretó fuerte contra él y luego miró fríamente a Renán. 
Renán también tenía el rostro desencajado. “Osvaldo, quiero ver hasta cuándo puedes seguir fingiendo.” 
En ese momento, Renán probablemente comprendió por qué Nayra había detestado tanto a Yuria antes. 
Porque no importa lo que hiciera Nayra, Renán siempre elegía creer a Yuria primero. 
¿Qué tal si cambiamos la perspectiva? ¿Él será el primero en no aguantar? 
“En aquel entonces… Nayri te suplicó, ¿verdad? Te pidió que le creyeras“, dijo Kent, advirtiendo a Renán. “Pero elegiste creerle a Yuria, la empujaste a un callejón sin salida, ¿no es así?” 
Kent presionó mi cabeza contra su pecho, en un gesto posesivo y autoritario, evitando que yo mirara a Renán. 
Su voz era ronca y profunda, llena de una opresión intensa. “Tienes razón… no soy ningún tonto, la farsa del pasado era para sobrevivir entre las fisuras, si no me hubiera vuelto loco, quizás no habría vivido hasta los veinte, esta es mi vida, no es algo que gente como tú pueda juzgar…” 
Renán frunció el ceño, claramente abrumado por la presencia de Osvaldo. 
Lucas Elías y Helda también miraban a Kent, asombrados. 
¿Así que todo había sido una actuación? 
“De ahora en adelante, la protegeré a mi manera. Ella es mía y nunca la dejaré ir otra vez. 
“Kent sostuvo mi mano cada vez más fuerte mientras declaraba su soberanía. 

“¿Ah sí? ¿Con qué autoridad?” Renán se burló. “Si Braulio fuera tan fácil de manejar, no habrías tenido que fingir durante tantos años. ¿Crees que ahora eres fuerte? Ese niño, no es más que una pieza en tu juego contra Braulio, desde el principio, nunca pensaste en dejar vivir a ‘Ainara‘, todo es parte de tu plan.” 
17-13 
Renan sacó su teléfono móvil. “La familla Linares luchando por la herencia, Adrián matando a tu hijo, y ahora la opinión pública de repente favoreciéndote, ¿dices que no tu estrategia? ¡Esos periodistas estaban manipulados por ti desde el principio! ¡Para que Braullo no pueda tocarte bajo los reflectores!” 
Kent no dijo nada, ya no se molestó en explicar. 
Levanté la vista hacia Kent, con una mirada inquieta. 
Efectivamente, no era tonto… 
Entonces, ¿todo lo que decía Renán… era verdad? 
¿Todo estaba dentro de sus cálculos? ¿Incluyéndome a mí y a este niño? 
Para apoderarse completamente de todo lo de la familia Linares, ¿había estado planeando desde hace mucho tiempo, verdad? 
Mis ojos se calentaron, y me alejé inconscientemente. 
Estaba confundida, la muerte había sido confusa para mí, el renacer también, y ahora hasta saber en quién confiar se volvía confuso. 
Por haber perdido tantos recuerdos, ni siquiera me atrevía a confiar en mí misma. 
“Resulta que no eres tonto, qué genial“, comentó Helda con una emoción diferente a la de los demás. “Entonces, ¿puedes proteger a Nayri ahora…?” 
Pero al ver que algo no iba bien entre Kent y yo, la voz de Helda se fue apagando. 
Lucas tiró de Helda, indicándole que hablara menos. 
Al ver que yo comenzaba a dudar de Kent, Renán pareció aliviarse. “Te lo dije, nunca te mentiría. Puedo dejarte hacer lo que quieras mientras te mantenga a salvo, y cuando te des cuenta de que algo está mal… regresa, siempre te esperaré.” 
Renán se acercó a mí y habló de nuevo. “El diario de tus padres, échale un vistazo cuando puedas.” 
Al oír lo del diario, Kent de repente levantó la cabeza, sus ojos se llenaron de pánico, como si tuviera miedo de algo.. 
“Nayri…” me miró ansioso. “No lo leas, no les creas.” 
Renán observó fríamente a Osvaldo. “¿Qué pasa? ¿Te asustaste?”