Capítulo 289
Allá, Nacho se fue a hacer una llamada y regresó rapidito. “Después de que llevaron a Osvaldo a interrogatorio, lo mandaron al psiquiátrico y de allí no ha salido, tiene coartada”
Elías frunció el ceño. “Ja, ese tipo no mataría con sus propias manos, solo necesita mover un dedo.”
Le lancé una mirada a Elías. “¿Estás hablando de mitología o qué? Mejor di que Osvaldo es un dios y ya, eso de mover un dedo…”
Elias me miró con desdén. “¿Tú qué sabes? ¿Has visto casos de asesinatos que parecen accidentes?”
Negué con la cabeza muy seria.
“Hay muchas formas de hacerte picar el anzuelo sin tocar la ley, si te tengo entre ceja y ceja y quiero que te vayas pal otro barrio.” Elías habló con indiferencia.
Puse cara de no creerle ni media palabra.
Elías se impacientó. “Parece que definitivamente no eres Nayra.”
Rodé los ojos. “Me llamo Ainara, y cuéntame, ¿con qué certeza afirmas que Kent es el asesino? Dijiste que ya casi cierran el caso de los asesinatos en serie, ¿no?”
“Muchas cosas no son tan simples como pareces. Es normal que una persona con un cerebro común y corriente como tú no pueda descifrarlo” dijo Elías sin pelos en la lengua. Mandó que me llevaran al cuarto de interrogatorios, mientras él se preparaba para ir al lugar de los hechos. “Imagina, el asesino tenía un plan para matar, si Yuria no muere, se supone que los siguientes están seguros, ¿pero por qué justo cuando Osvaldo entra al manicomio, el asesino empieza a matar?”
Fruncí el ceño, sin entender la lógica de Elías.
“Ese asesino está provocando a la policía, matando gente solo por Osvaldo. ¿Puedes decir que estos crímenes en serie no tienen nada que ver con Osvaldo?” Elías tenía una mirada furiosa, como convencido de que Kent era el cerebro detrás de todo.
“Está presionando a la policía, la policía lo manda al siquiátrico y él les complica la vida. Como ayudó a Lucas a resolver casos y encontró a Yuria, se convirtió en un aliado externo. Si aquí surge un problema y no se puede predecir a la próxima víctima, tendrán que rogarle,” explicó Elías entre dientes.
La ira de Elías era tan intensa que me hizo retroceder hasta chocar con la puerta del
coche.
Elías soltó una risa fría. “Osvaldo quiere jugar conmigo, pues veamos quién gana, si puedo descubrir quién será la siguiente víctima y dónde está antes de que pase algo.”
13-07
Respiré hondo y miré a Elias frente a mi, estaba realmente loco para competir con Kent.
“El que murió esta vez… ¿era de un orfanato?” pregunté con voz baja.
Elías volvió en sí y miró a Nacho. “¿Ya confirmaron la identidad del muerto?”
“Quique ya está alla, todavía no podemos confirmar. El lugar ya está cerrado, pero anoche había muchos perros callejeros en el callejón…” Nacho habló bajito. “El lugar es un poco sangriento, ¿vas a ir a ver?”
Elias se masajeó las sienes. “Voy para allá ahora.”
Sin pensar, dije, “¿Puedo ir contigo?”
No sabía por qué, pero algo me decía que este asesinato tenía algo raro.
Ese viejo callejón…
Era distinto a los otros casos de asesinato.
En esta serie de crímenes, cada vez que dejaban un cuerpo, era cerca de una fuente de agua, ya sea un depósito, una zanja o un lago, pero tirarlo en el viejo callejón…
¿realmente era porque Kent estaba en el psiquiátrico, alguien quería presionar a la policía y complicar la investigación?
Pero tirar un cuerpo al agua podría destruir la mayoría de las pistas del crimen, dejarlo en un callejón…
Los perros callejeros.
Inhale aire frio, nerviosa y apretando mis manos.
¿Será que… esos perros habían devorado el cuerpo?
Elías me echó una mirada. “No se puede.”
Ya no insistí, y seguí a la policía al cuarto de interrogatorios.
Yo estaba en defensa propia, había video y testigos en el lugar.