Capitulo 209
Yuria, esa mujer, en los ojos de cualquier hombre era la imagen de la fragilidad y bondad, despierta ese instinto protector, hace que uno confie en ella sin condiciones.
Al principio, gente como Renán y Juan decidieron creerle a Yuria y no a mí.
Pero su palabreria con Kent parecia no funcionar.
Kent no le crela ni una sola de sus expresiones de debilidad.
Para el ella era como un espiritu maligno.
Por alguna razón, senti un alivio en mi corazón, por fin alguien vela más allá de la fachada de Yuria, veía su verdadera naturaleza.
Aunque para los demás, Kent era el loco.
Pero en este mundo lleno de verdades y mentiras, ¿quién sabe realmente quién está loco?
¿Y quién define lo que es normal en una persona normal?
“No necesitas provocar a Kent, si pierde el control y termina matándote, será tu culpa,” le dije a Yuria con voz
Yuria le tenia miedo a Kent, retrocedió un par de pasos, manteniendo una distancia segura, y con la voz baja volvió a hablar. “Ainara, ¿estás segura de que no quieres hablar conmigo sobre Nayra?”
Le di una palmada en la mano a Kent. “Espérame aquí, sé bueno.”
Kent estaba reacio, pero al ver que insistía, asintió y soltó mì mano.
Me senté al lado de Yuria. “Vamos”
Kent frundio el ceño y miró al guardaespaldas que lo miraba no muy lejos. “Síguela“.
“¿Y usted…?” preguntó el guardaespaldas en voz baja.
“No te preocupes por mi, dijo Kent, queriendo que el guardaespaldas me protegiera.
Antes de entrar en el pasillo seguro, mirė hacia atrás a Kent, quien se sentó obedientemente en el banco, como si estuviera esperando que yo volviera para llevarlo a casa.
Una vez en el pasillo seguro, miré a Yuria. “Si tienes algo que decir, habla rápido.”
“Parece que nunca dije que te lo diria gratis.” la voz de Yuria era ronca.
La situación de Renan la había afectado mucho.
“¿Que quieres?” pregunté frunciendo la ceja, y mirándola fijamente.
“Renán está en problemas, quiero que uses tu posición en la familia Linares para mantenerme segura,” Yuria tenia planes grandiosos.
Casi me rio. ¿Qué? ¿Acaso soy la protectora de especies en peligro o me tomas por amante de los perros para que te proteja con la estirpe de los Linares? ¿Qué te crees?”
Yuria apretó los dientes. “Ainara, no tienes que ser tan astuta, aunque no tengo pruebas directas de que tú y el asesino estén en contacto, pero el hecho de que imitas a Nayra, de que has estado estudiando a Nayra todo este tiempo, solo para seducir a Osvaldo, eso no se puede ocultar por siempre.”
“No importa, tú tienes la cara tan dura que ni mis palabras más afiladas pueden rayarla,” le respondi con voz
firme.
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Capitulo 209
Yuria estaba tan enojada conmigo que no pudo contenerse más, así que perdió el control y habló, “¡Nayra y Kent son los que tienen una relación de novios! Nayra perdió parte de su memoria, ¡el hombre que realmente ama no es Renán, sino Kent!”
Fruncí el ceño, con una punzada en el corazón, pero ¿cuánto de lo que decía Yuria podía creerse? “¿Cuál es tu propósito al decirme todo esto?”
“Si quieres imitar a Nayra, entonces no vuelvas a aparecer para seducir a Renán. Renán es mío… No puedes ser tan codiciosa, no puedes querer tanto a Osvaldo como a Renán,” Yuria parecía tener celos de mi.
Probablemente no esperaba que, después de deshacerse de una Nayra, aparecería una Ainara para meterse en su camino.
Ahora resulta que soy la sorpresa en el camino y Renán sigue sin querer casarse con ella.
La familia Blanco, después de todo, era su familia adoptiva; podían criarla, pero no le darían muchas cosas ni herencia. Todo lo que tenía, tenía que luchar por ello.
La razón por la que intentaba desesperadamente casarse con Renán era para aferrarse a él y entrar en una familia adinerada.
“Si no quieres hablar, entonces adiós, problemática.” Frunci el ceño y la regañé antes de darme la vuelta para irme.
Yuria probablemente no esperaba que me mostrara tan firme, rápidamente extendió su mano para detener la puerta del pasillo seguro. “¡Ainara!”
Su rostro estaba pálido, sin un atisbo de color.
Sabía que estaba desesperada, Renán había tenido un accidente y seguía inconsciente, Lino había sido capturado pero aún faltaban varios culpables por detener… Ya no había nadie que pudiera protegerla. “Yuria, es la primera vez que veo a alguien pedir ayuda con tanto orgullo“, le dije con una sonrisa burlona mientras me apoyaba en la puerta. “Ya que estás aquí para pedirme que te proteja, lo mejor es adoptar una postura y actitud de súplica“.
Yuria apretó los dientes. “¿Qué quieres?”
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Alcé una ceja. “Pídemelo, ¿por qué no te arrodillas?”