Capitulo 161 
Ahi estaba yo, hecha un mar de dudas, cuando el niño se me lanzó de sopetón y se agarró de mi pierna como si fuera su salvavidas. 
“Pequeño, te llevo a casa, ¿okay?“, le decia la policia con una voz que era puro azúcar, 
Pero el niño, con los ojos nadando en lágrimas, no soltaba mi pierna por nada del mundo. Levanté la vista buscando a Kent, sintiendo un remolino de nervios por dentro, estaba claro que esos dos muchachos 
huérfanos me conocían. 
“Le caes bien, llévatelo“, me dijo Kent, poniéndose entre Lucas y yo. Me sentia con el alma en un hilo, temiendo que Lucas me pillara, pero al final me dijo: “Pues si el niño se te pegó, llévatelo si te animas“. 
Respiré aliviada y agarro al niño de la mano: “¿Quieres ir a casa conmigo?“. 
El niño asintió, se vela que era bien portado. 
“¿Como te llamas?“, le pregunto agachándome a su altura. 
El se quedo mirándome con esos ojazos que tenía, y luego, listo como el que más tenia confianza dijo: “Hermana, me llamo Toni“. 
Le sonrei: “Qué bueno que eres, Toni“. 
Toni no me soltaba y ya Lucas y la policía se hablan ido. Nicanor me llama diciendo que ya venia por 
nosotros. 
“Hermana“, apenas se fueron los policias, Toni se escondió detrás de mi, mirando a Kent con ojos de espanto, parecia tenerle pánico. Y Kent lo miraba de vuelta, igual de frio que un tempano. 
“¿No te cae bien?“, le tiro la pregunta a Kent. 
Él se hizo el loco, mirando para otro lado, como si fuera lo más inocente: “No es eso, yo hasta cuido perritos callejeros“. 
Pero igualito, comparar a Toni con un perro callejero, ya me dejaba ver que Kent no lo pasaba y Toni tampoco era fan de Kent, lo tenia fichado con la mirada. 
“Llegó el jefe, señora“, me avisó Nicanor. 
Me dispongo a subir al carro con Toni y veo a Kent ahi plantado, con el ceño fruncido, sin moverse, entonces le digo, toda confundida: “¿No te subes?“. 
De repente Kent me extiende la mano: “Tú prometiste que no me ibas a soltar“. 

Cómo iba yo a andar agarrada de otro chico, entonces me vi en la obligación, por el bien de Kent, de acercarme y calmarlo: “Venga, subamos“. 
Kent agarró mi mano y luego lanzó una mirada desafiante a Toni: “Suéltala, ella es mia“. 
El pequeño, temblando como una hoja, se escondió detrás de mi, pero no se quedó callado: “No es cierto. Ainara es mi hermana“. 
Ahi supe, sin lugar a dudas, que ese niño conocía a Ainara. Me empezó a dar cosa que se destapara el asunto de ella, así que rápido, me llevé a los dos al carro. 
“Hermana Ainara, ¿puedes decirles a los policias que dejen a mi hermano? Solo queria conseguir medicina para mi“, me dijo Toni con una voz que era puro miedo. 
Bajé la mirada, sin saber qué decir. Le preguntaba bajito, aprovechando el viaje: “Toni, ¿cómo es que nos conocemos?“. 
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Capitulo 161 
“¿Hermana?“, me contesta Toni con una voz apenas audible. “Ahora también tienes que fingir que no me conoces?“. 
Senti un vuelco en el corazón. No solo me conocía, sino que Ainara le habia dicho que tenia que hacerse el desentendido frente a los demás, ahl fue cuando cal en cuenta que ella y el asesino tenían algo que ver. 
De vuelta en la mansión, el mayordomo ya habia mandado a preparar un desayuno. Después de eso, ya amanecia. Toni, que se comió todo como si llevara días sin comer bocado alguno, y Kent, que no levantaba la vista de su plato y me echaba un ojo de vez en cuando. 
“Hermana, ¿puedo llevarme lo que sobra?“, me preguntó Toni, como si tuviera algo en la cabeza aparte de la comida. 
Le hice señas a la criada para que le preparara un paquete para llevar, necesitaba saber qué más escondia ese chico. 
Después de que todos terminamos de comer, le di a Kent su pastilla para que se calme y lo mandé a dormir. En cuanto Kent entra en los brazos de Morfeo, segui a Toni a escondidas. 
El niño salió de la casa de los Linares y se metió en un laberinto de callejuelas que parecía no tener fin. Casi me dejo las piernas siguiéndolo, hasta que, por fin, en una fábrica abandonada, lo encuentro a él y a un grupo de niños de más o menos su edad.