Capítulo 433
Aspen fruncía el ceño, visiblemente preocupado.
Abel se acercó rápidamente para echar un vistazo y, conmocionado, exclamó:
“¡Esto es escalofriante! Espera, ¿no les parece familiar la forma en que murió este gato? ¡Ya sé! Es igual a la del gato muerto que ese loco quería tirar en la habitación de Miro. ¡Lo asesinaron torciéndole el cuello!”
Aspen y Gael no respondieron, solo hubo un silencio incómodo que llenaba el aire.
Después de un rato, Aspen devolvió el celular a Gael y preguntó:
“¿Estás seguro de que fue la hija del Profesor Rafael quien tiró esa basura?”
“Si.”
Aspen, con el ceño aún fruncido, fumaba un cigarrillo pensativo.
Abel, confundido, comentó:
“¿Cómo podría ser Tania? Ella y Carol son amigas íntimas, y siendo la única hija criada por el Profesor Rafael, siempre se ha visto tan inocente. No parece alguien que haría daño a un gato, mucho menos sería esa persona misteriosa.”
Aspen y Gael siguieron en silencio, solo el frío viento respondía.
Mientras tanto, en el piso de arriba.
Laín acababa de recibir una respuesta, el mensaje llegó justo a tiempo..
Ledo y Luca estaban tan nerviosos que les sudaban las palmas.
Temían no recibir una respuesta y que sus planes se arruinaran esa noche.
El mensaje de la otra parte preguntaba: ¿Qué es lo que sabes exactamente?
Lain no respondió de inmediato, sus dedos volaban sobre el teclado intentando rastrear la ubicación del remitente.
Pero óbviamente, la otra parte se había protegido y no pudo localizarlo.
Aunque era algo esperado, Laín frunció el ceño, molesto.
Ledo se acercó y preguntó: “Hermano, ¿no pudiste rastrearlo?”
“No.”
“No importa, ya mordió el anzuelo. Esta noche lo atraparemos y veremos quién demonio se trata.”
Laín respondió con un ‘sí‘ cortante, y después de mirar fijamente el mensaje por unos segundos, tomó el celular de Ayla y escribió:
A medianoche, nos vemos.
La respuesta fue casi inmediata: No estoy seguro de qué sabes exactamente, ¿por qué debería ir? ¿Quién dice que no es una trampa? Laín no respondió, y después de un rato, la persona volvió a enviar un mensaje:
No quiero jugar este juego, si tienes algo, simplemente publícalo. No voy a ir.
Al ver el mensaje, Ledo y Luca se alarmaron: ¡Hermano, dice que no va a ir!
Laín se mantuvo tranquilo: “No lo tomen en cuenta. Es solo una táctica para provocarlo. Si realmente no quisiera ir, no nos habría contactado de nuevo.”
“¿Y ahora qué hacemos? Si no soltamos algo de información, ¿pensará que lo estamos inventando y realmente no irá?”
Laín se quedó pensativo por un momento y luego negó con la cabeza:
oy
“Realmente no sabemos mucho sobre lo ocurrido en ese entonces. Cuanto más hablemos, más errores cometeremos. Si descubre que no sabemos nada, definitivamente no irá. Si mantenemos las cosas ambiguas, seguramente se presentará. Después de todo, si se revela lo que pasó entonces, le afectaría enormemente. Si está jugando una partida, y se expone lo de aquel entonces, su juego termina y todos sus planes se van al traste.”
Justo cuando Laín terminaba de hablar, recibieron un mensaje de Miro.
¿Cómo van las cosas? ¿Se ha contactado con ustedes?
Miro, desde Complejos del Sol, estaba desesperado por no poder estar en ‘el campo de batalla y estaba muy ansioso.
Lain le respondió: Ya hemos hecho contacto, seguimos en un duelo psicológico. Tranquilo, controla a mamá, asegúrate de que no note nada extraño..
En ese momento, el celular de Ayla sonó con una llamada de un número desconocido.
Capítulo 433
Laín, con el ceño fruncido, colgó directamente.
De repente, llegó un mensaje del desconocido: Tú no eres Ayla.