Capítulo 97 
“Entonces haré que te corten esa cosita tuya y te haré eunuco, dado que no sirve de nada.” 
Boris se quedó helado, apretando fuerte las piemas, sintiendo un escalofrio que le recorria el cuerpo. Estaba convencido de que su madre no estaba jugando. Maldijo a Soraya en su mente una y otra vez. ¿Qué necesidad tenía de exponerlo asi? 
En el Hotel Imperial, cuando Cristián llegó, el gerente ya habia atrapado al culpable de haber intentado envenenar el salón número 288. Tras una investigación, descubrieron que el autor era un mesero del hotel, movido por el rencor hacia su padre y la amante de este, quienes estaban disfrutando en ese salón. Su padre habla abandonado a su madre por esa mujer, llevándose todos los bienes de la familia. El mesero, intentando hacer justicia por su madre, habia decidido acabar con ambos. 
Al escuchar de Soraya lo ocurrido, Cristián envió un mensaje al gerente, quien cambio of salón de los clientes pero mantuvo el servicio. Asi, tal como Soraya habia dicho, el mesero enveneno la comida creyendo que sus objetivos aún estaban ahi…. 
El gerente, mirando al mesero atado en el suelo, preguntó a Cristián como proceder. El mesero, con los ojos llenas de rabia y frustración, confesó que no se arrepentia de sus actos. Habló de cómo su padre habia traicionado a su madre después de que ella lo apoyarà durante los tiempos dificiles, y cómo el había intentado casi llevarla a la locura. El mesero estaba dispuesto a asumir las consecuencias con tal de ver a su padre pagar por sus pecados. 
Cristián, con una mirada penetrante, le dijo que la venganza no siempre significaba la muerte. A veces, destruir lo que más importa a una persona puede ser incluso más devastador. Ofreciéndole una oportunidad, Cristián le entregó su tarjeta y le propuso unirse al Grupo Fuentes. La posibilidad de éxito, indicó, dependia de él. 
El mesero, incrédulo, preguntó por qué Cristián le ofrecía su ayuda, esperando ser entregado a la policia. Cristián, sin dar más explicaciones, se alejo dejando una puerta abierta para el mesero, quien tenia una segunda oportunidad gracias a la intervención de Soraya, quien habia previsto su futuro potencial como magnate en la capital. 
Al salir del Hotel Imperial, Cristián se montó en su carro. Justo antes de partir, notó al otro lado de la calle a Herminio, cercado por un grupo de sujetos vestidos de negro y armados 

Capitulo 98 
Cristiano fue el único en notera Herminio 
conductor y guardanspaldas del vehiculo también lo hicieron 
Una atmosfet tensa envolvia la colle frente a los 
Herminio y las fuerzas enemigas se enfrentaban bajo la luz tenue sus miradas nas da banalón 
Las sombras de los edificios roundantes se alagaban bajo las luces 
Los hombres vestidos de negro que lo modeaban cada uno con una expresión frin e implacable, lobanje negros 
Heminio vestido con un uniformitat, tenia una expresión fria 
Sd uniforme estaba desgastado y robo, como hubien sobrivido a una lucha baital, 
Mirando las personas vestidas de negro que lo rodeaban, sutra mostraba derminación y resolución 
Cristin ordenó al conductor lévanos all 
Altomina de hablar, apareció un arma en su mano. 
El guardspaldas también saunama, abd una enda en la ventana del coche y apunta los hombres de negro al otro lado.. 
Bang, bang bang.. 
Vanas tagas de disparos sonaron 
Unos cuantos de los hombres cayeron al 
Herminio, al ver el coche de Cristin, rápidamente aganda uno de los hombres de negro para cubrirse de las bolas y como fuera del cerco 
En ese instante, los disparos resonaron por toda la calle 
Es una balaca de lluvia. 
Los cristales de algunos coches en la calle se romplemon instantáneamente, esparciendo con estrellas fugaces. 
Los escaparates de las tiendas también semblaban bajo el fuego cruzado, como si estuvien a punto de colapsar en cualquier momento Bang bang bang.. 
La persona que Heminio habla agarrado fue perdonada como un calador 
Lo más peligroso era que varias balas rozaron su cuerpo, casacanzandolo 
Especialmente una bala que pasó rozando su cabeza, probablemente raspando 
o cabeludo, y eso la ardia demasiado. 
Los hombres de negre at oroladoresponderon pidamente, moviéndose gilmente paequar las balas mientras devolvia fuego. 
Laban los edificios circundantes y otros obstáculos para cubrirse, movidose hábilmente entre les disparos. 
Las papeleras en la calle eran destrozadas por las balas, enando el aire de polvo y escombros. 
Las hojas de los árboles a lo largo de la calle eran desgadas por la batalla, cayendo una tras obra 
Los dos de los disparos de ambos bando se entrelacaban como una sintonia de muede. 
Bl guardarspaldas disparó su ultima bala, su rostro mostrando preocupación 
“Jefe, nos quedamos sin balas” 
Cristian, con el rostros y los ojos agudos como los de un quila, minba hacia donde Herminio estaba escondido. 
Para que los enemigos también se dieron cuenta de que se estaban quedando sin munición. 
Olider de ellos do com voz fria, “Se quedaron in balss.” 
“Vamos a por ellos.” 
Su objetivo era Herminio 
Pero ya que alguien más queria meterse y buscar la muerte.. 
Entonces los enviara juntos al infiemo 
Herminio estaba a cien metros del coche de su hemangi 
Se escondia detrás de un cache jadeando pesadamente. 
En drcunstancias normales, podia haber cruzado es distancia en unos pocos pasos. 
Pero hoy, simplemente no tenía la energia. 
Habis cdo perseguido por estos desesperados durante un dia y una noche. 
Eran como cucarachas que no se podian matarna ola tras otra 
No habla comido nada todo dia y es noche 
Estaba exhalato 
Y lo que más importante, no queria implicar a Cristin 
Las plemas de Cinestaban Inutilizadas 
Samastaba a esos hombres had all temin 
Elder de los hombres de negro minba el coch donde se escondi Hennina, sus ojos oscuras y venendida.