Capítulo 402
“Cierra los ojos y descansa un rato.” Me di la vuelta para buscar pistas en esta habitación.
Helda, todavía en shock, se acercó a Kent y susuno, preocupada. “Kent… has notado que Nayra es diferente? ¿Todavía es Nayra?”
“Si…” La voz de Kent era ronca pero firme. “No importa en qué se convierta, sigue siendo ella.”
Le eché un vistazo a Kent con pensamientos complicados.
“¿Crees que a Lucas y los demás no les pasó nada?” Helda preguntó en voz baja, agachándose en el suelo.
Estaba preocupada por si Lucas y los demás habían tenido problemas.
“No…” Kent negó con la cabeza. “A los que quedaban, ya los eliminé.”
Mientras Lucas y los demás salgan con vida de esos lugares, ya no estarán en peligro.
Di una vuelta por la habitación y no encontré ninguna pista que el diseñador hubiera dejado.
Se supone que… cada habitación debería tener pistas escondidas.
Frunciendo el ceño, miré hacia amba al techo y efectivamente… la disposición de las luces formaba la constelación de la Osa Mayor. “Siguiendo la línea extendida
de las estrellas Alfa y Beta, podemos encontrar la Estrella Polar… esto es el norte verdadero.” Segui la línea imaginaria en busca del norte verdadero. “Correspondientemente, aquí está el sur… ahora necesitamos mover esta puerta.”
Señalé hacia la puerta que estaba en la dirección sur, justo debajo de la línea imaginaria, y pisé una baldosa del suelo.
Efectivamente, la pared se movió.
Solté un suspiro de alivio, casi inconscientemente me giré y sonreí a Kent.
Como si… estuviera buscando su aprobación y felicitación.
Este comportamiento infantil…
Me detuve un momento.
Kent me sonrió, se acercó a mí mientras se sostenía de la pared y me abrazó. “Estoy todo sucio, no me rechaces.”
Negué con la cabeza. “No me importa“.
Kent soltó una risa. “Así está bien… de cualquier manera estás bien.”
Pensé que Kent era un poco tonto, pero aun así le di unas palmaditas en la espalda. “Te sacaré de aquí.”
“Bien…”
Kent no vaciló y me siguió.
Finalmente, al abrir la última pared, encontramos el pasillo seguro hacia el piso quince.
Helda, emocionada, agarró mi muñeca pero con preocupación en sus ojos. “Nayra… ellos no han salido, ¿verdad?”
No sabíamos si Lucas y los demás estaban vivos o muertos.
“Todavía no los hemos encontrado.” Miré las escaleras impecables y negué con la cabeza.
Si hubieran salido antes, con tanta gente, las escaleras no estarían tan limpias.
Impecables…
“¿Podemos esperarlos un poco?” Helda me pidió en voz baja, temiendo que me negara.
Miré a Kent, como buscando su opinión. Si él decía que deberíamos irnos, quizás no esperaría.
Kent tomó mi mano, como si estuviera pidiendo un capricho. “Nayra… estoy muy cansado.”.
Me senté en las escaleras, señalándole que se recostara en mis piernas. “Descansa un rato, los esperaremos.”
Helda suspiró aliviada, con los ojos rojos, parada en su lugar rezando.
Rezando para que salieran pronto.
Después de todo, cada minuto que pasan allí dentro, es un minuto más de peligro.
“Nayra… ¿Ya te acordaste?” Kent, apoyado en mi regazo, preguntó en voz baja.
“No… no todo.” Negué con la cabeza, mi mirada se enturbió con la confusión.
Kent suspiró aliviado y sonrió. “Así está bien.., no pienses en eso.”
“¿Tienes miedo de que me acuerde?” Bajé la mirada hacia él.
Los ojos de Kent se desviaron por un momento y sus habilidades de actuación volvieron a estar a la altura. “Nayra… me duele el brazo, me mordieron.” Inconscientemente levanté la mano para rasgar su ropa y aspiré aire frío. “Tú…”
Cómo había aguantado hasta ahora.
El brazo estaba marcado por una mordida, con la carne desgarrada.
“Tenemos que salir de aquí cuanto antes… Dije con voz grave, la ira surgiendo. Quienquiera que esté detrás de esto, por haber herido a los míos, merece morir…