Capítulo 316
Lucas se habia quedado dormido, pero al oir mi voz, se despertó de golpe.
Estaba herido, con vendajes en la cabeza y en los brazos. “¡Ainara!”
“Kent…“, dije con la voz ronca, llamándolo.
“No te preocupes, está bien. Los medicamentos y las heridas lo han tenido durmiendo mucho tiempo, se despertó una vez y volvió a caer en sueño profundo. El doctor dijo que necesitaba descansar más“, explicó Lucas, tratando de calmarme.
Me alivié y, con las manos frías, tomé las suyas. “El niño…”
Lucas pareció desconcertado por un momento y luego bajó la mirada, culpable.
Sin decir una palabra, más o menos entendí… el niño no había sobrevivido.
“Pero… aunque perdimos al niño, pudimos salvar a Kent“, susurró Lucas, frotándose la frente.
Sentí un ardor en los ojos y mi voz se quebró. “Kent…”
“Adrián está muerto…“, dijo Lucas en voz baja.
Adrián había muerto, y con Kent fuera de control, era imposible que dejara a Adrián con vida.
Adrián había causado un accidente, secuestros, y frente a Kent había terminado con la vida del niño que llevaba en mi vientre. Kent, para protegerme… había tenido que actuar con determinación mortal.
“Hay otra cosa… Braulio fue despiadado, aprovechó la oportunidad para cargarle a Adrián todas las transacciones turbias de la familia Linares que no podían salir a la luz. Todos esos crímenes que la policía había estado siguiendo por años quedaron limpios tras la muerte de Adrián… Esto también significa que Braulio hará todo lo posible para competir contra ustedes por el control del Grupo Linares“, dijo Lucas, frustrado.
Las batallas empresariales también son oscuras, matar sin derramar sangre, utilizar a terceros para hacer el trabajo sucio.
“Perdimos al niño, y sin un heredero de los Linares, Kent con sus problemas mentales, sabes que será difícil que tome las riendas del Grupo Linares. Así que temporalmente, el Grupo Linares tendrá que ser manejado por Braulio, poco a poco…“, Lucas pensó que esta vez Braulio había ganado.
Cerré las manos con fuerza y respiré hondo. “¿Creen que matando a mi hijo van a salirse con la suya? Están soñando.”
“Te aconsejo que no te enfrentes directamente con él, tú y Kent… no tienen capacidad de resistencia“, Lucas creía que Kent y yo estábamos en una posición muy vulnerable.
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16.58
Todavía me queda un camino…. dije con voz ronca, mirándolo fijamente. ¿Qué hora
Bon…?!
¿Qué estás planeando?” preguntó ěl, nervioso.
La cena benéfica en el distrito comercial Monte Azur… ¿a qué hora comienza?” Intenté levantarme, pero el mareo fue intenso.
El golpe en la cabeza había causado una conmoción cerebral.
¿Estás loca? Acabas de tener una cirugía de aborto espontáneo, ¡y tienes una conmoción cerebral! ¿Qué pretendes hacer?”
Lucas estaba aterrado y quería detenerme.
Sacudí la cabeza. “Tengo que ir…”
Necesitaba ver al presidente del Grupo Estrellas.
“¿Por qué?” preguntó Lucas, frunciendo el ceño.
“Quiero proteger a Kent…“, mis ojos se llenaron de lágrimas mientras lo miraba. “Tengo que proteger a Kent.”
Ya había perdido a nuestro hijo, no podía perder también a Kent.
No podía seguir viendo impotente cómo lo maltrataban, lo lastimaban, lo usaban.
“No quiero seguir así… sin poder defenderme, sin poder hacer nada para protegernos, sin ninguna carta para jugar. Todos pueden venir a lastimarnos…”
Mi emoción se descontroló mientras miraba a Lucas, las lágrimas giraban en mis ojos. “No quiero seguir viendo cómo se llevan a Kent sin poder hacer nada…”
“Quiero protegerlo.”
“Yo te llevo“, dijo una voz en la entrada. Era Helda.
Tenía los ojos rojos y llevaba una caja de comida, y habló de nuevo en voz baja. “Faltan tres horas para la cena benéfica. Primero tienes que comer algo.”
La miré a Helda y le sonreí sin hacer ruido.
Ella me entendía…
Lucas frunció el ceño. “Tú también estás loca…”
“¿Crees que si se rinden, sé retiran y ceden, Braulio los va a dejar en paz? Hoy se llevó al bebé que Nayra llevaba en su vientre, ¿y qué sigue? ¡Mañana podría ir tras la vida de Kent! Si Kent sobrevive, podrán tener otro hijo, ¿no es así?” Helda le gritó a Lucas con desesperación.
Lucas se quedó en silencio por un momento. “Está bien… ya entendí. No te expongas