Capítulo 299 
Me quedé congelada por un instante y luego volteé a mirar a Renán, 
“No recuerdo haber tenido un perro…” 
Menti. 
Renán pareció desconcertado y cambió el tema. “Ainara, si no recuerdas, mejor déjalo asi, no vale la pena traer a la memoria esas cosas, no son buenos recuerdos.” 
Entré a mi habitación y antes de que Renán pudiera seguirme, cerré la puerta. 
Apoyada en la puerta, saqué mi celular con la intención de ingresar a aquella cuenta que sabia que mis padres habian usado para documentar mi crecimiento. 
“Ainara…” Renán seguia fuera, sin irse. 
Tenía la impresión de que queria decirme muchas cosas. 
Pero yo realmente no queria escuchar. 
“Alnara… lo siento, sé que cualquier cosa que diga ahora es tarde, pero yo…” 
“Señor, la Srta. Blanco se cayó del ático. Parece bastante grave“. 
Renán no habia terminado de hablar cuando Yuria decidió hacer de las suyas. 
Su manera de competir por la atención era tan básica. 
Como era de esperarse, Renán fue a ver a Yuria. 
No paraba el hombre. 
Me divertia viéndolo correr de un lado para otro por Yuria, haciéndose el tonto con tanto gusto para satisfacer sus caprichos. 
Estaba ansiosa por ver la cara de Renán cuando descubriera que la persona que lo salvò aquel dia no fue Yuria sino Nayra. 
Cuando Renán fue secuestrado, fui yo quien atrajo a los secuestradores, pero cuando Renán despertó del coma, fue a Yuria a quien vio. 
Yo me había quedado inconsciente después de que los secuestradores me descubrieran y me golpearan, pasé varios dias en el hospital… 
Y para cuando desperté, me enteré de que Renán y Yuria estaban juntos. 
Qué ironico… 
En aquel entonces fui tan ingenua, incluso me senti herida por un largo tiempo. 
Ingresé a la cuenta y comencé a revisar mientras estaba acostada en la cama. 
Desde el primer día de mi nacimiento, mis padres habian empezado a documentar mi vida. 
“La llegada de la pequeña princesa.” El dia que naci, la foto que mis padres compartieron era de cuatro personas: yo, ellos y Quique. 
El que me estaba sosteniendo era Quique. 
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Capitulo 799 
A pesar de que sonrela, habia algo perturbador en su mirada, me daba escalofrios vento 
“La pequeña princesa es un genio, ¡ya sabe caminart” En esa foto también aparecia Guide 
Parece que mis padres confiaban plenamente en dejar a su pequetia Ainara a solas con Quique, 

“Ainara no sonrie mucho, ni siquiera cuando su papá hace payasadas, el médico dice que la princesita podria tener tendencias autistas, Quique dice que quizás su personalidad es un poco extrafia! 
“Pase lo que pase, tenemos que afrontarlo juntos y no nos rendiremos con Mayn 
“Ainara cumplió un año, el tratamiento parece tener efecto, su desarrollo no está retrasado y su inteligencia es normal, solo su personalidad es un poco peculiar.” 
“Nayra tiene dos años, hoy sacó los peces dorados de la pecera para alimentar al gato 
“El comportamiento de Nayra es cada vez más extraño. Hoy en el baño vi sangre por todo el suelo, ella solo tiene dos años y usó un cuchillo para cortar frutas y matar a una serpiente. En la foto de esa entrada, aunque solo aparecía yo, se vela un pie en la puerta, era Quique, lo que significa que él también estaba alli en ese momento. 
Observé los registros, buscando aquellos que parecian problemáticos. 
¿Matar a una serpiente con dos años? Es la audacia de quien no conoce el miedo. 
*Hoy vino Quique, dice que le encanta Ainara.” 
Según los registros de antes de mis cinco años, cada vez que había un problema, Quique estaba presente. No sé si será coincidencia. 
Quise seguir revisando, pero senti un mareo repentino. 
Habia un extraño aroma en la habitación, causando dolor de cabeza y náuseas. 
Por suerte, el cuerpo de Ainara habia estado expuesto a tantos narcóticos que habia desarrollado cierta resistencia. 
Me levanté, tapé el difusor de aromas con papel higiénico y sacudi mi cabeza para despejarme, luego me tumbé en la cama fingiendo estar dormida. 
“Señorita, es hora de cenar.” La empleada llamaba desde fuera. 
No respondi. 
“¿Señorita?” 
Se fue en silencio. 
Poco después, la empleada volvió a llamar. “Señorita, es hora de cenar.” 
Segul sin hacer ruido. 
La empleada se fue de nuevo y poco después, of el sonido de un coche entrando en el patio. 
Me levanté y me acerqué a la ventana; efectivamente, un carro se había detenido en el patio de los Hierro, y el que bajaba era Quique. 
Inconscientemente apreté la cortina con nerviosismo y me escondi detrás de ella. 
Quique habia vuelto… ¿Sería Renán quien lo envió? 
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Capitulo 299 
Me miraba con esos ojos encantadores, como si realmente estuviera arrepentido, pero ¿su verdadera intención era borrar todos mis recuerdos junto con Quique? 
“Señorita, ya es hora de comer.” Fuera de la habitación, la empleada volvió a llamar a la puerta.