Capítulo 274
Me recosté en los brazos de Kent, y saqué el tema de mi embarazo otra vez, solo para pinchar a Braulio.
Aunque Kent no estuviera, seguiria teniendo al bebé en mi vientre.
“Señor, señora“, dijo Nicanor mientras su carro se detenia a un lado, abriéndome la puerta para que subiéramos.
Le eché una mirada al hombre detrás de Kent, con su gorra de béisbol y su silencio, pero siempre alerta, protegiéndolo.
“Él es…“. pregunté en voz baja, una vez dentro del carro.
“Es nuestro guardaespaldas“, Kent ni habla terminado cuando el otro soltó la respuesta a mi duda.
“Es el hijo adoptivo de Nicanor, se llama Gael Moya, y está encargado de protegernos“, añadió Kent, también en voz baja.
El tipo soltó un gruñido apenas perceptible y bajó la visera de su gorra, mirando por la ventana.
Probablemente sea mi imaginación. Siento que hay un poco de hostilidad en este hombre, pero aún no he visto si la hostilidad está dirigida a mi o a alguien más…
Mi mirada pasó de Kent a Nicanor.
Uno su padre adoptivo, el otro su jefe, entonces, ese rencor no podría ser hacia ellos, ¿sería hacia mi?
Si yo no le he hecho nada…
“Nicanor, ¿el periodista fue algo que preparaste con antelación?“, pregunté.
Nicanor me miró por el retrovisor y tras un momento asintió. “Si.”
Me alivie, al menos no era tan despistado, Kent no había venido a pelear solo.
Sabia que tenia que
traer un guardaespaldas para manejar a Yuria, y también había avisado a los medios para atrapar a Braulio.
“Nayri, eres tan impresionante, contigo aqui, nadie se atreve a hacerme daño“, dijo Kent con sonrisa inocente dirigida a mi.
Me senti un poco culpable, ¿acaso no era él quien vino a salvarme?
“Gael volvió a gruñir desde el asiento del copiloto.
una
No sé si el hombre tiene algún problema con su nariz o qué…
Pasamos al lado del carro de Braulio con Nicanor al volante, y de repente mi rostro se ensombreció.
La persona que no había salido del carro de Braulio, resultó ser Quique.
Había investigado a este Quique, un psiquiatra muy capaz, un conocido consejero psicológico de Monte Azur, premiado ya hace años y reconocido en su campo, un genio del mundo de los trastornos mentales.
Lo más extraño es que sus estudios siempre giraban en torno a niños superdotados y el tratamiento de los nacidos ‘malos‘.
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Es sabido que los superdotados nacen con una anomalia genética, sus temperamentos violentos son incontrolables, y sin cambiar los genes, es imposible curar su condición“.
Pero Quique tiene innumerables experiencias clinicas y casos de exilo, tantos que padres de todo lugar vienen a él para que sus hijos, que creen ‘malos‘ de nacimiento, sean ‘normales‘ después del alta.
Quique bajo la ventanilla y miró hacia nosotros,
Senti un escalofrio recorrerme la espalda, evitando su mirada instintivamente.
Peligro.
Una voz en mi cabeza me dijo que este hombre era peligros0,
‘Quique, ¿por qué está con Braulio?“, pregunté con voz temblorosa.
“Los medios ya intervinieron, El intento de Braullo de deshacerse del señor definitivamente despertará las sospechas de muchas personas, debe haber camblado de estrategia, partiendo de que el señor tiene una enfermedad mental, colaborando con un médico psiquiatra…“, susurro Nicanor
Empecé a temblar con la revelación.
Sabía lo que planeaban hacer.
Querian usar la enfermedad de Kent para forzar un tratamiento supuestamente necesario.
Si no podian deshacerse de Kent, solo les quedaba entrenarlo para convertirlo en un titere obediente… Miré a Kent con miedo y le aprete fuerte la mano. “No dejare que te hagan dañ