Capítulo 265 
Afuera, Renán y Quique entraron. 
Yuria estaba llorando y pidiendo a Renán que la salvara. “Renán, ella se ha vuelto loca… sálvame.” 
Renán estaba claramente desconcertado. “Nayri… baja ese encendedor.” 
Quique también se sorprendió y se acercó. “Nayri, cálmate, pon el encendedor abajo, respira hondo, no quieres lastimar a nadie, ¿verdad?” 
Miré a Renán y Quique con una sonrisa burlesca.. “Se equivocaron… a quien quiero lastimar no es un humano.” 
En el instante en que la llama del encendedor se acercó al cabello de Yuria, prendi el aguardiente. 
Yuria gritó aterrorizada, levantando la mano para apagar las llamas en su cabello, cayendo al suelo aterrada y pidiendo ayuda. 
Me quedé de pie, impasible, observando a Yuria llorar y pedir ayuda. 
Vi cómo Renán corría hacia ella para envolverla con un trapo húmedo, vi a Yuria llorando en los brazos de Renán. 
Quique frunció el ceño, mirándome, y lo hizo por un buen rato. 
*Renán, ella quiere matarme, ella quiere matarme, Renán sálvame, salvame…” Yuria seguía llorando, su cabello quemado y desaliñado, su cara enrojecida por las llamas, lástima… no quedó desfigurada. 
“¡Loca, tú estás loca!” Yuria gritó furiosa hacia mi. “¡Loca! ¡Todos ustedes están locos!” 
Movi el encendedor en mi mano, queriendo encenderlo de nuevo, pero Quique corrió hacia mí y lo arrebató. 
Quique parecía enojado, como si estuviera intentando hipnotizarme. “¡Nayra! Haciendo esto, ¿cómo puedes enfrentar a tus padres? Si ellos te vieran asi, jestarian tan tristes!” 
De repente senti un zumbido en mis oídos, en el momento en que Quique me tocó, sentí todo mi cuerpo como si me pincharan con agujas, todo se oscureció ante mis ojos, la consciencia comenzaba 
a desvanecerse. 
“Nayri…?” 
“Nayri!” 
Antes de perder completamente la consciencia, vi a Renán, abrazando a Yuria con preocupación, corriendo hacia mi para atraparme. 
Qué irónico, Helda tenía razón, él realmente recibia de todos lados. 
Con Yuria en sus brazos, aún quería correr hacia mi. Qué repugnante… 

“Renán, me duele mucho, mi cara me duele tanto.” Yuria lloraba y se aferraba a Renán, impidiéndole 
acercarse a mi. 
Ella me miraba desafiante, deseando devorarme. 
Finalmente, la consciencia se esfumó por completo. 
Capitulo 255 
Y entonces todo fue oscuridad. 
“Nayrl…” 
“Nayra…” 
En mis recuerdos. 
Tras perder a mis padres en un accidente, comencé a ser más callada y retraída. 
Me mudé de la casa a vivir con la familia Hierro. 
“Renán, de ahora en adelante Nayri vivirá con nosotros, este año tiene que prepararse para los exámenes finales, ayúdala en lo que puedas.” 
La mirada de Renán hacia mi era complicada, no podia entenderla. 
“¿De verdad no recuerdas a la gente del orfanato?” Todavia recuerdo, la primera vez que Renán me preguntó, estaba lleno de dudas. 
“¿Qué orfanato?” Lo miré confundida. 
No dijo nada, solo se dio la vuelta con el rostro sombrío y se fue. 
“Renán… ¿todavía cuenta lo que me dijiste, que te gustaba?” 
Desde ese día, empecé a prestarle atención a Renán, con ojos solo para él. 
No sabía por qué pensaba que Renán me había dicho que le gustaba en el pasado. 
Frunció el ceño al mirarme. “¿Qué me gustas?” 
“Cuando tenías unos quince años, lo dijiste… dijiste que te gustaba, y que me esperarías hasta que creciera, que te casarías conmigo…” Dije decepcionada, 
En ese momento pensé que estaba triste porque Renán había olvidado su promesa de la infancia. 
Resulta que no era así. 
Porque la persona que me había hecho esa promesa, nunca fue Renán. 
“¿Estás enferma? Éramos niños en ese entonces, ¿cómo podrían contar asas palabras?” Renán me regañó y se alejó. 
Después de eso, comencé a tratarlo bien en silencio. 
Le preparaba los postres que le gustaban, todas sus comidas favoritas: pudín de mango con tapioca. 
“Renán, hice pudin de mango con tapioca, pruébalo…” 
El apartó mi mano con disgusto, mirándome enojado, pero sin decir nada. 
La empleada dudaha on hahlar