Capítulo 168
“Si no tienes nada más que decir, voy a colgar; no quiero ensuciarme los oidos escuchándote“, no queria escuchar más y estaba lista para colgar.
“¿De verdad crees que no tengo pruebas que demuestren tu relación con el asesino? Ainara, espérame, aunque me muera, te arrastraré al infierno conmigo“, Yuria apretó los dientes antes de hablar de nuevo, seguia engañándose a si misma. “No te hagas la lista, yo salvé a Renán, y por esa deuda, él me mantendrá siempre como su prioridad, él no me dejará por ti, solo eres una novedad temporal para Renán“.
Le contesté con un: “Es impresionante por tu parte, buena suerte“.
Y sin más, colgué. Iba a hacer que Yuria la pasara peor que mal; cada día que viviera estaría lleno de pánico. y duda: y para eso no había prisa, vengarme de ella tenía que ser un proceso lento, como cocinar una rana a fuego lento, tenia que sufrir cien veces más que yo para que sea justo.
“El señor es tan bueno con la señora, no ha comido nada en todo el día, solo esperando a que la señora vuelva. Si la señora no regresa, él simplemente no come“.
Mientras bajaba las escaleras, escuché a unas empleadas hablando. Kent no había comido nada, desde que lo había hecho dormir después del desayuno, él me había estado esperando.
No volvi al mediodía, y él seguia esperando. Suspiré y sali de la casa de los Linares.
¿Por qué Kent estaba tan empeñado en esperarme? ¿Qué relación teniamos realmente?
*Compañero, disculpa que te contacte de esta manera, pero necesito tu ayuda con algunas dudas que tengo sobre la escuela, si, relacionadas con el trabajo“, una vez fuera, llamé a Joel. Queria empezar por el orfanato, entender qué habia pasado alli en aquel entonces.
*Claro, compañera, nos vemos en el Café de la Esquina“.
negro me
Sali de la casa Linares y busqué un taxi. Al subir, miré por el espejo retrovisor y vi que un carro negr seguia.
*Conductor, gire a la izquierda en la próxima esquina“, le dije al taxista a propósito.
El carro detrás también giró. Luego le dije que girara a la derecha y el carro negro nos siguió detrás. Me detuve en un lugar al azar, y el carro que me seguia también se detuvo cerca, era obvio que estaban vigilándome.
No fui directamente al Café de la Esquina; no queria involucrar a Joel, quien también era del orfanato. Aunque su número era alto, llevaria tiempo para que el asesino lo encontrara.
Bajé del taxi, saqué mi espejo de maquillaje para retocarme, echando un vistazo hacia atrás. Varios del carro que me seguia bajaron y se mezclaron con la multitud manteniéndome en la mira, di la vuelta y me meti en un baño, me até el cabello y sali conversando con un grupo de chicas. Los que me seguían no se dieron cuenta de inmediato, y logré escapar, no sabia quiénes eran esos que me segulan, pero definitivamente no eran buenas personas, no podían ser gente de los Linares enviados para protegerme.
Desde la última vez que le di una paliza a uno de los que me protegia, si alguien me seguia, Nicanor me lo habria comunicado de antemano. Y si esta vez hubiera alguien, éste me lo habría mencionado.
Pero esta gente, definitivamente no eran de Nicanor.
Entré a un centro comercial asegurándome de que nadie me seguía, y sali por la puerta trasera hacia la
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cafetería. Cuando llegué, Joel ya estaba alli; él me saludó con una sonrisa y habló en voz baja: “Ainara. ¿qué te está pasando? El jefe me dijo que tenga cuidado contigo, que muestras signos de traición“.
Joel parecía preocupado, entonces senti un nudo en el estómago. ¿qué significaba eso? ¿Traición?
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