Capítulo 149 
“Desde que Yuria llegó al orfanato, le asignaron el número 37. En ese lugar, los números se daban según la fecha de ingreso, sin importar la edad; aunque los de la misma edad se agrupaban, los números variaban bastante. Basándonos en una foto grupal del orfanato, identificamos su número y, en efecto, le tocaba a ella“, Lucas fruncia el ceño mientras miraba a Kent. “¿Serás capaz de encontrar dónde está Yuria?“. 
“No entiendo, ¿por qué las primeras victimas fueron mujeres? Nayra ni siquiera era del orfanato“, pregunté, confundida. 
“La mayoría de los niños abandonados son niñas; rara vez hay varones. Por eso las primeras victimas fueron mujeres“, explicó Lucas y luego agregó: “Creo que el asesino está haciendo sacrificios, la forma en que mató a Nayra fue distinta a las demás. La anesteslaron, asi que no sufrió mucho, pero las otras victimas vivieron un tormento antes de morir, algunas incluso murieron de puro miedo“. 
“Los veintiocho casos, cada uno relacionado con una dirección diferente. La última victima fue encontrada en Marina Jorge, que corresponde al sureste“, Kent tuvo una epifania y arrebató la libreta y el boligrafo de Lucas. 
“Dibujando un circulo, tomando el orfanato como centro…“, Kent comenzó a trazar un circulo en la libreta y calculaba las direcciones. 
“Marina Jorge, la siguiente, deberia ser por la bahia del oeste“, concluyó él. Habia determinado el lugar donde el asesino abandonaria el cuerpo. “Si va a dejar el cuerpo alli, debe estar cerca para cometer el asesinato. No se arriesgaría a ir lejos, el único lugar por aquí adecuado para matar es una vieja fábrica de medicamentos“. 
La zona industrial se había expandido hacia el oeste, y muchas fábricas habían sido reubicadas, ese sitio aún estaba sin desarrollar. 
“¡Vamos, rápido!“, exclamó Lucas, mirando a Nacho. “¿Qué esperas? ¡A la fábrica!“. 

Nacho todavia estaba atónito, pero le hizo una seña de aprobación a Kent con el pulgar, pensaba que él era 
impresionante, yo también estaba asombrada por su habilidad. 
Seguimos a Lucas hasta la fábrica de medicamentos abandonada, el lugar lucia desolado. Pero alli estaba Yuria, atada a una viga del techo y completamente consciente, gritando por ayuda con el rostro pálido. alrededor de su cuello había una cuerda atada a una vela. Si la vela se consumla y rompia la cuerda que sostenía el peso, su cuerpo caeria, ahorcándose con la misma cuerda. 
El asesino usaba ese método para hacer que la victima experimentara la más absoluta desesperación y tortura mental antes de morir. 
“¡Renán, sálvame!“, gritaba Yuria al vernos llegar. 
Me rei para mis adentros, pensando en su supuesto amor verdadero, aún en esos momentos clamando por él. Renán habla venido también, con su nariz aún amoratada, se apresuró a tratar de desatar la cuerda. 
Kent lo observaba friamente, sin hablar ni intervenir. Renán no sabia que, si soltaba esa cuerda, Yuria perdería el apoyo y también moriría ahorcada, con el peso de ella, la calda seria suficiente para romperle el cuello al instante. 
El asesino lo había calculado todo. Me di cuenta de que Kent no intervino en ayudarlos porque odiaba a esos dos. 
“Renán, te aconsejo que no toques nada“, dijo Lucas. Kent y yo podríamos odiarlos y permanecer callados, pero él no iba a permitir que alguien hiciera una tonteria. 
“¿Qué están esperando? ¡Ayúdenla!“, exigió Renán, enojado. 
Capitulo 149 
“Tienes la oportunidad de salvarla antes de que la vela queme esa cuerda“, intervino Lucas, señalando las innumerables cuerdas enredadas que provenian del cuerpo de Yuria. “En un lugar asi, con las vigas tan altas, a tres pisos del suelo, si cae sin protección, no hay duda de que morirá“.