Capítulo 80
Después de dejar el hospital, Somaya pasó a recoger unas agujas de plata que habla encargado. Justo cuando iba de camino a casa, un chico se le cruzó comendo y casi la tira al suelo. Mientras se recuperaba del susto, escuchó a una seflom mayor gritando a todo pulmón: “Robo, nos están robando Arapen al ladrón, por favor, ayudenme a atraparlo!“.
Soraya miró hacia el tipo que casi la tumba. Efectivamente, el tipo llevaba un bolso en la mano y ya estaba bastante lejos. Justo cuando el ladrón estaba a punto de meterse en un callejón ella lo pensó y se lanzó tras di
En la calle, con gente yendo y viniendo, ella era la única comendo tras el ladrón: “Ladrón, detentel Para ahl mismo, corria a toda velocidad, dejando atrás apenas un destello.
El ladrón coma lo más que podía y ella lo seguía… Con el bolso firmemente agarrado, el ladrón echó un vistazo atrás a esa mujer, que no desistía, y soltó una sarta de groserias: “Estás loca o qué, quién coño te mandó a meterte!“.
Soraya ni se inmutaba: “Oye muchacho, ahora robar tiene excusa? Mejor suelta ese bolso si no quieres que to vaya peor“.
El ratero se metió en el callejón, furiosa: “Ni en sueños!“.
No pasó mucho antes de que Soraya lo alcanzara: “Hoy vas a aprender quién está soñando, y con una patada, lo mandó a volar
¡Ay!“, el ladrón soltó un grito, se levantó de un salto y sacó una navaja “Largate, no te metas donde no te llaman, o si no atente a las consecuencias!“.
“Jajaja“, Soraya soltó una carcajada. “Amenazas hay todos los dias. Tienes manos y pies, podrias trabajar en lugar de andar en malos pasos. Hoy te voy a enseñar una lección, a ver si te atreves a robar otra vez“.
El ladrón, con los ojos llenos de odio, se lanzó hacia ella con la navaja: “Si quieres darme una lección, ¡prepárate para morir!“,
Soraya se quedó quieta: “No sabes con quién te metes“, cuando la navaja estaba a punto de tocarla, rápidamente agar la mano del ladrón, la torció y luego aplicó mucha Fuerza. De repente se escuchaba como algo se rompla
“Ah, el ladrón se retorcia del dolor con la mano rota y gritaba como un cerdo
Soraya In quitó la navaja, lo tiró al suelo con una patada y luego, poniendo un pie sobre su pecho, lo miro desde amba: “Vas a seguir robando?“.
El ladrón, bañado en sudor frio y terror, asintió rápidamente. “No.. no lo haré más. Por favor, perdón“.
Maldición, habia escogido el peor dia para un robo, encontrándose con una experta. Soraya se agacho, recogió el bolsa robado, sacudió el polvo y quitó el pic “Anda, hoy estoy de buen humor y te dejaré ir. Si vuelves a hacer algo asi, te acabo ahi mismo“.
El ladrón, agradecido, se golpeó la cabeza contra el suelo “No lo hare, nunca más“.
ara que no se lo vuelvan a robar“.
Luego de eso Soraya le devolvió el bolso a la señora mayor: “Aquí tiene, señora, cuide bien su bolso para
La señora, aunque encorvada, iradiaba elegancia. Su cabello plateado estaba un poco desordenado por la corrida, pero eso no le restaba dignidad. A pesar de las arugas marcadas por los años en su rostro, sus ojos, aunque algo nublados, braban con sabiduría. Vestia un conjunto rojo oscuro de anciana, adornado con bordados de pronias tan detallados que parecian saltar de la tela, sus pies lucian zapatos de cucro. No tomó el bolso que Soraya le extendia, sino que la mird fijamente: “Yaya! Eres Yaya!“.
Soraya se quedó boquiabierta, ¿quién era esa señora? ¿Conocía a la verdadera Soraya?
La señora mayor, emocionada, agaró las manos de ella: “Ay, si que eres tú. Yayo. ¡Sabla que antes te hacias la fea a propósito amuinando esa rosto bonito con maquillaje exagerado! Mira, ahora que te arreglaste, jqué guapa te ves!“.
Capítulo 81