Capítulo 72 
Finalmente, Soraya terminó desayunando con Cristián en la misma mesa. Cuando terminaron, la niñera Felisa bajaba las escaleras con Mateo en brazos justo a tiempo. Al ver a su hijo, Soraya instantáneamente olvidó todo lo demás, incluido Cristian 
“Ay, mi chiquito, mamá estaba desayunando y casi se olvida de ti“, tomó a su hijo de los brazos de la niñera y le dio un beso en la mejilla. Tanto tiempo sin verte, mamá te extrañó un montón“. 
Cristián intervino “Hoy aún no te has favado la cara ni cepillado los dientes“. 
Desde que ella habla regresado del hospital, ni se habia lavado la cara ni cepillado los dientes, y en ese momento estaba besando a su hijo en la menor preocupación por la higiene. Cristián simplemente no podia soportarlo 
Soraya se detuvo en seco. ¡Cierto, aún no se había lavado la cara ni cepillado los dientes! 
‘Ay, este hombre, ¿por qué no me lo recordó antes? Menos mal que no estoy enferma, siho, le habría pasado los gérmenes a mi chiquito 
Le pasó el niño a Felisa: “Cuídalo un momentito, voy a lavarme y cepillarme“. 
Para Cristián, ya era inmune a los regaños internos de Soraya 

Unos minutos después, ella se lavó y vistió un conjunto casual blanco, se recogió el cabello en un mono informal, luciendo tan radiante y juvenil como una estudiante universitaria. Viendo que Felisa estaba alimentando a su hijo, tomo la cuchara’de sus manos: “Felisa, déjame alimentarlo, tú ve a desayunar“. 
Felisa se hizo a un lado, y Soraya se sentó frente a su hijo. El pequeño, sentado en su silla especial para niños, agarraba emocionado el borde de su ropa: “Mama“. Spraya respondió con una sonrisa, alimentandolo con canño “Qué buen niño que eres, cariño. ¿Extrañaste a mamá anoche?” 
Mateo, con la boca llena de comida, asintió y luego nego, pateando felizmente desde su silla. Ella sabia que queria que lo cargar: “Espera a terminat y luego mama te llevard a juger afuera, vamos a ver las flores? Hay muchas en el jardin. 
Cuando Mateo termino de comer, ella le limpió la boca y lo llevó al jardin. El jardin de la villarera como una pintura hermosa. La luz dorada del sol matutino se esparcia por el jardin, iluminando las diversas flores con su calido resplandor, mientras que los rayos jugaban entre las hojas, creando un mosaico de sombras en el suelo. Mientras que el aire estaba impregnado de un suave aroma floral, y las flores de todos colores florecian en competencia, rojas con pasión, rosas delicadas y blancas putas, destacándose aún más contra el verde de las hojas 
Soraya caminaba por el sendero del jardin, dejando a su pequeño en el suelo y tomándole una mano: “Mateo, ¿caminas solo? Mamá te acompaña“. 
Mateo, regordete, caminaba tambaleándose como un pequeño pinguino. Al llegar al centro del jardin, se detuvo abruptamente, se soltó de la mano de ella, arrancó una flor y tiró de la ropa de su madre. 
Soraya se agachó. “Hijo, has flores solo se miran, no se arrancan, si no, se mueren” 
El pequeño, sonriente, colood ta flor en su cabello y aplaudio Lindol Mama lleva lindo… 
La sonnsa de Soraya se desarmó al instante, ¿ese pequeño arrancó una flor solo porquepensó que se vería bonito en su cabello? Tan pequeño y ya tan 
considerado, tan tiemo! Ella lo levantó en brazos, lo lanzó al aire y lo atrapó de nuevo. “Jajaja, jqué niño tan hermosol Eres el orgullo de mamá, ya sabes lo que es bonito. Parece que cuando crezcas vas a ser todo un galán. Jajaja, tan pequeño y ya sabes regalar flores, seguro serás un hombre romántico” 
Mateo, lejos de tener miedo, se rela a carcajadas en el aire.