Capítulo 255
En la madrugada de la capital, en una región fronteriza abandonada, Herminio Fuentes y su equipo, disfrazados y embadurnados de negro para el ataque sorpresa, se enfrentaban a los terroristas en una intensa batalla. La noche, densa como un manto oscuro, rodeaba todo con una tensión palpable.
Herminio y sus compañeros, con la determinación reflejada en sus ojos, eran casi indistinguibles unos de otros por el negro con el que se habían cubierto, fundiéndose con la oscuridad. Avanzaban sigilosamente hacia el enemigo, armados hasta los dientes.
De repente, una señal, un canto de ave fuera de lugar, desató el caos. Los terroristas, sorprendidos en medio de la noche, se apresuraban a responder al fuego enemigo, resguardándose entre escombros y barricadas improvisadas.
“¿Quiénes son esos tipos? ¡Su potencia de fuego es brutall“, gritaba el lider de los terroristas, mientras todos resistian frenéticamente el asalto.
La lucha se intensificaba, las balas surcaban el aire y las explosiones fuminaban la noche. Pero gracias a su entrenamiento y tácticas superiores, Herminio y su equipo iban cerrando el cerco sobre los terroristas
En medio del fragor, un vehiculo blindado embistió las posiciones enemigas, sembrando el caos. La batalla se tornó aún más feroz.
Finalmente, los temoristas comenzaron a flaquear. “Maldición, hay que retirarse, gritaba desesperado su lider. Pero Herminio y los suyos no les daban tregua.
Herminio, con una mezcla de ira y determinación, se lanzaba en persecución del lider terrorista, culpable de tanto dolor y miseria en la frontera. ¿Quién demonios eres?“, gritaba el perseguido, “Soy tu peor pesadilla, respondia Herminio, alterando su voz
Mientras tanto, Soraya Valle aprovechaba el caos para infiltrarse entre las filas de los compañeros de Herminio. Disfrazada como ellos, se acercaba sigilosamente al jefe de Herminio.
Desde su posición, apuntaba cuidadosamente y disparaba. El silencio del arma apenas perturbaba la noche, pero el efecto era mortal. El oficial caia, sembrando más confusión entre sus filas.
Soraya, oculta en las sombras, sonreia satisfecha. “Este juguete realmente vale lo que pagué por ér, murmuraba, sintiendo el retroceso aún en su mano lesionada.
Capitulo 256