Capitulo 251
Comparándola con su hermana, era como el dia y la noche, un cielo y una tierra de diferencia.
Sin la comparación, quizás no hubiera sido tan malo.
Pero al compararlas, le dolia hasta el alma.
Claramente no habían saldo del mismo vientre, ni los caracteres eran similares.
Lluvia habia sido siempre obediente, dulce y comprensiva desde pequeña.
Nunca habla dado problemas
Pero este nieto, que parecia haber cambiado de lugar con otro, desde pequeño le habia roto el corazón en pedazos,
Desde que descubrió hace unos años que su hijo habla engañado a su nuera, se habia sentido culpable, viviendo entre el remordimiento y la
autocritica.
Pero egoistamente no quería perder a esa nuera tan maravilosa.
Asi que siempre guardó ese secreto en su corazón.
Ahora estaba embarazada otra vez.
Temia que su hijo desalmado volviera a hacer algo imperdonable a su nuera.
Estos últimos dias, la culpa la habia mantenido despierta, sin poder encontrar paz ni en el sueño ni en la comida.
Pensaba sin parar si deberia decirle a su nuera o no,
Justo en este momento critica, su nieto cometió un error imperdonable.
Estaba al borde del colapso.
Tobias Cabrera, de rodillas en el suelo, con su cabello corto y desordenado, de aspecto comun, todavía vestia su uniforme escolar
Con la cabeza gacha y las manos apretadas, tenia una mirada desafiante, sus ojos rojos ardian con fuego.
Mientras su abuela lo azotaba sin piedad, él no solo no crela haber hecho algo malo, sino que su rabia crecia más.
ardor en su cuerpo solo alimentaba su furis.
¿Qué si había robado algo de dinero? No era para tanto
Pero su abuela exageraba, habla estado golpeandolo durante media hora y aún no estaba satisfecha
¿Acaso planeaba matarlo?
Cuando su abuela levantó una vez más el plumero para golpearlo.
De repente, se levantó, le arrebató el plumero de las manos.
Con un empujón, tiró a su abuela al suelo.
Las palabras que salieron de su boca casi matan de un infarto a su abuela.
“Esa miseria que me das ni para el bolsilo me alcanza
Solo sabes decirme cómo ser un buen niño.
¿Alguna vez preguntaste si me gusta lo que me enseñias?
Nimis padres me controllan tanto.
¿Qué derecho tienes para mandarme tanto?
Siempre estás ahí sin nada mejor que hacer, deberías ir a bailar con los
mo
Me dices que haga esto, que no haga aquello.
Me tienes harto
Robaré lo que me de la gana.
Haré lo que quiera
¿Para qué te metes donde no te llaman? Tengo padres con dinem.
Incluso si rompo el cielo, ellos lo arreglofán.
¿Crees que escucho tus sermones?
Prefiero ser libre, ¿qué necesidad tengo de escucharte todo el día?
De soul an adelante, météte menos en mis asuntos
sviejitos en el parque o jugar a las cartas, en vez de estar siempre encima
Capitulo 251
Si no, dejaré de considerarte mi abuela.”
La madre de Efrén Cabrera quedó petrificada con sus palabras.
Agarrándose el pecho, temblaba mientras lo señalaba con el dedo.
Con los ojos abiertos de par en par, no podia creer lo que escuchaba.
“Rebelde! Quieres matarme de la indignación.
Te equivocas y encima te justificas
¡No sabes distinguir entre el bien y el mal, para qué gasté en tu educación!
¡Me vas a matar de la rabia!
¡Me vas a matar!”
Intentando controlar el dolor en su pecho, se levantó del suelo y trató de arrebatarle el plumero a Tobias.
“Rebelde, hoy te voy a enseñar una lección.
Para
que aprendas lo que está bien y lo que no.
Si sigues asi, nadie podrá controlarte.
¡Estás desafiando al cielo!”
Tobias, aferrándose al plumero, se negaba a dárselo.
En la lucha por el objeto, el temperamental Tobias de repente soltó el plumero y la empujó con fuerza
Toma, quédatelo.
Pero si piensas golpearme otra vez, olvidalo.”
Con un estruendo, la madre de Efrén fue empujada con tal fuerza que su cabeza golpeó contra la mesa, sintiendo un mareo inmediato, parpadeó varias veces, su cuerpo se relajó y cayó desmayada al suelo.
Tobias, creyendo que la había matado, se agachó rápidamente a revisar su respiración.
Al darse cuenta de que solo estaba desmayada, suspiro aliviado.
Luego, sin preocuparse si había sufrido alguna lesión, empezó a buscar algo en sus bolsillos…
Poco después, sacó un juego de llaves del cuerpo de su abuela.
Con las llaves en mano, corría emocionado hacia el escondite secreto de su abuela.