Capítulo 145
Soraya no se aguantó la risa con su actitud tan particular, a pesar de que aún se estaba recuperando de una lesión en la mano.
‘Si hoy me lastimo otra vez o la cosa se pone fea, el juego se acaba para mi“, pensaba mientras miraba con incredulidad a Herminio, quien aún no salía de su asombro.
“¿Qué, te quedaste helado o qué?“, con un movimiento rápido, ella le dio un leve puntapié a Herminio para sacarlo de su trance.
Al ver el pie acercándose, él reaccionó al instante, recordando a los tres que habían caído por la misma razón, y se apartó de un salto: “¡Hermana, por favor, ten piedad!“, su voz temblaba, temiendo ser el próximo en caer a manos de ella.
Ella se detuvo en seco, con una sonrisa burlona en los labios: “Qué falta de dignidad. Me voy, te dejo que resuelvas esto solo. Maldición, ni siquiera he desayunado y me muero de hambre“, comentó antes de dar media vuelta y marcharse. No ofreció ninguna explicación sobre por qué estaba allí. Después de todo, el carácter dominante y desconsiderado de la verdadera Soraya no dejaba lugar a dudas, y si ella no quería hablar, nadie podía hacerlo, ¿Cristián pensaba que ella no se daba cuenta de que le seguían los pasos? Ella solo fingía ignorancia. De hecho, quería que él notara que ella había cambiado. Así, tendría la oportunidad de revelar que sabía de medicina, y tratar su pierna y ayudar al chofer y al guardaespaldas abiertamente, en lugar de sacrificar su sueño por hacerlo en secreto cada noche, ya que aquello era demasiado agotador. Su objetivo era curarlo pronto y ganarse su amor, eso era lo que realmente quería.
Una vez que Soraya se marchó, el guardaespaldas que estaba escondido apareció para. ayudar a Herminio a levantarse: “Te llevo abajo, la policía llegará en cualquier momento“.
Alex, sabiendo que su hermano se encargaría de todo, siguió al guardaespaldas.
Siete u ocho minutos después, ella volvía a la habitación de Cristián.
“¿Dónde te metiste tanto tiempo? El desayuno se va a enfriar“, le preguntó Diana al verla
entrar.
Sin inmutarse, ella respondió: “Sali porque tenía hambre y a ver si me encontraba con ustedes. Jeje, me distraje y perdí la noción del tiempo“.
Cristián no la desmintió.
“Come, ya debes estar hambrienta“, Diana abrió las cajas de comida. “Para desayunar algo que te haga bien al estómago. Queria prepararte sopa de mariscos, pero con tu mano lastimada, mejor evitar los mariscos por ahora“.
Cristián tomó los cubiertos: “Ustedes vayan al aeropuerto a buscar a la familia de Lucas. Yo me arreglo aquí con la comida que traiga el mayordomo“.
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Capitulo 145
Diana asintió: “No te preocupes, tu padre ya lo tiene todo planeado. Vamos a dejar que terminen de comer y luego nos vamos. Después de todo, vinieron a ayudarte y se lastimaron. La familia Fuentes no puede ser desagradecida. Si no, ¿quién va a querer ayudarnos en el futuro?“.
Soraya, tras engullir un bollo, levantó el pulgar en señal de aprobación: “¡Exacto! Nuestra familia debe actuar con gratitud, la vida de todos importa“.
Para evitar que ella mencionara el incidente con Herminio, Cristián apuró a sus padres a irse: “No esperen por nosotros, el personal de aqui nos ayudará a limpiar. Vayan por la familia, ya arreglé todo para su estancia cerca del hospital“.
Diana pensó que tenía sentido y decidió irse con su esposo.
Después del desayuno, Soraya se sentía llena: “Dios, qué empacho. Voy a dar una vuelta para bajar la comida“.
Cristián apenas levantó la vista: “Si quieres ir, ve“.
“¿Quieres venir? Te puedo llevar“, le ofreció Soraya.
Cristián negó con la cabeza: “No, gracias. Mi asistente vendrá pronto con unos documentos para firmar“.
Así que ella salió sola de la habitación, deambulando sin rumbo hasta que en el octavo piso se encontró con una cara conocida: ‘Ah, la tía transexual, ¿y esa embarazada que cuida con tanto mimo quién será?“.