Capítulo 108 
En el club Carpe Diem, en una de las salas privadas del cuarto piso, la luz tenue creaba una atmósfera misteriosa y cautivadora. Los sofás suaves rodeaban una mesa baja repleta de todo tipo botellas de licor. En una esquina, luces de colores titilaban contra la pared, formando patrones cambiantes que añadían un toque mágico al lugar. La luz de color lavanda se filtraba por las cortinas, bañando el piso de madera con un resplandor tranquilo y lujoso, mientras una música suave resonaba desde un poderoso sistema de sonido. El aire estaba impregnado de un ligero aroma a licor, mezclándose perfectamente con la música y las luces. 
Soraya estaba sentada en uno de los sofás, luciendo una sonrisa radiante. Observaba a Nayra, quien se servía un trago tras otro con cierta expresión de incredulidad. 
“¿Me invitaste solo para ver cómo te emborrachas?“, preguntó Soraya. 
[¿Será que Nayra está sufriendo por amor? ¿Piensa ahogar sus penas en alcohol? Pero si Genaro aún planea casarse con ella como una forma de escudo… ¿Por qué estaría aqui tratando de emborracharse? ¿Y por qué me invitó si se supone que no le caigo bien? ¿Será que en mi presencia encuentra la excusa perfecta para beber más?] 
Al escuchar sus pensamientos, Nayra detuvo el movimiento de llevarse el vaso a los labios y empujó otro hacia Soraya. Y dijo “Bebamos juntas“. 
Soraya tomó el vaso, levantando una ceja al ver el rostro sonrojado de Nayra. “¿Y por qué debería beber contigo? No nos llevamos bien y tu tristeza no es asunto mio. ¿No deberías estar contándole tus problemas a tus hermanos en lugar de buscar pelea conmigo?” 
Nayra, visiblemente frustrada, replicó: “¿No puedes simplemente decir algo agradable of consolarme?” 
Después de despertar en el apartamento de Demetrio y recibir algunos consejos, Nayral había querido agradecer a Soraya, pero su relación siempre habia sido tensa. No podía simplemente decirle que habia descubierto la verdadera naturaleza de Genaro gracias a ella. Había pensado en emborracharse juntas como una forma de reconciliarse, pero Soraya parecía reacia a cooperar. 

“Normalmente, una cuñada se preocuparia si ve a la otra tratando de ahogar sus penas en alcohol, incluso si no se llevan bien“, pensó Nayra. 
Soraya, dejando el vaso sobre la mesa, sonrió provocativamente. “No, no puedo. Si no me dices por qué estás aqui tratando de emborracharte, ¿por qué debería perder mi tiempo contigo? Mejor me voy a casa a pasar tiempo con tu hermano.” 
Los ojos de Nayra se llenaron de lágrimas. “Dejé a ese perro de Genaro.” 
Soraya tardó un momento en procesar la información. “¿Qué perro?” 
Con rabia, Nayra dijo: “Genaro, ese perro maldito. Después de salir de tu casa esta mañana, fui a su mansión. Ese desgraciado me ha estado engañando todo este tiempo. Desde el 
principio, solo jugaba conmigo. ¡Y ahora está con esa viuda!” 
Soraya se sorprendió. [Vaya, eso fue rápido.] 
“Pero, ¿por qué venir a emborracharte conmigo? ¿No temes que me burle de ti?” 
Nayra la miró de reojo. “Como si no te hubieras burlado de mi en tu mente un montón de veces. Ya estoy inmunizada.” 
Sin embargo, lo que Nayra dijo a continuación dejó a Soraya sin palabras. “Tú también te enamoraste ciegamente del tipo equivocado en la familia Peralta. Te metiste en problemas por él y hasta pensaste en divorciarte de mi hermano. Ahora que ya no estás ciega, ¿no puedo cambiar mi opinión sobre ti? Además, eres mi cuñada. ¿Qué problema hay con que quiera beber contigo? ¿Tienes algo en contra?” 
Soraya no pudo evitar ver a Nayra bajo una nueva luz. [Parece que Nayra finalmente está pensando con claridad. Solo me pregunto si se dará cuenta de lo que Demetrio siente por ella. Ese chico sí que la ama. En una vida pasada, por ella se había sacrificado, llevando a su madre a llorar hasta quedarse ciega, su padre a perder la razón, y su hermana a sufrir un aborto. 
Vaya, toda una familia destrozada por Nayra, definitivamente no valia la pena.]